LA HORA DEL PETRÓLEO
Rafael Gallegos 713
En los últimos años nos han querido vender que se acabó la renta petrolera, como diciendo el petróleo en Venezuela es cosa del pasado y que de ahora en adelante debemos arreglárnosla sin él. Es decir, que somos un país expetrolero.
Y eso es falso. En primer lugar a renta no se acabó, la acabaron. Hoy es apenas una fracción de lo que fue. La buena noticia es que es que la renta petrolera es recuperable. En segundo término, el horizonte petrolero en el planeta es de por lo menos treinta o cuarenta años, y si aunamos esto al hecho de tener cuantiosas reservas de petróleo y gas podemos visualizar la gran oportunidad que tenemos los venezolanos.
Debemos quitarnos de la mente ese esquema de ser un país post petrolero, porque la verdad es que Venezuela vive una época de pre renta petrolera. Vendrán tiempos donde se generará una cuantiosa renta que de ninguna manera se debe volver a dilapidar, sino que se debe utilizar para, por fin, sembrar el petróleo.
Tengamos claro que para Venezuela viene una nueva hora del petróleo. Claro, para aprovecharla es indispensable un cambio de modelo político y estratégico, que hemos discutido en otras oportunidades.
Venezuela está llamada a convertirse en una potencia petrolera. Las reservas del país son varias veces superiores a las de Estados Unidos, Argentina, Brasil, Guyana y México juntas. Sume y siga. Si nos proponemos, podemos llegar – pilas puestas - a ser el cuarto país productor de petróleo en el mundo tras Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita. Y además convertirnos en un importante país gasífero. Actualmente Venezuela posee la octava reserva de gas en el mundo, teniendo – ojo- más de veinte años sin explorar. Si lo hubiéramos hecho tal vez seríamos el quinto.
Es la hora de aprovechar las oportunidades que nos ofrecen nuestras potencialidades. No podemos seguir siendo el país de las oportunidades perdidas. Ni que el mundo nos siga observando como un limosnero sentado en un barril.
¿Qué NO significa recuperar la industria petrolera?
1. NO se trata de recuperar Pdvsa. Hay que estar claros en que el regreso a la vieja Pdvsa no es posible. Hoy aplica construir una nueva industria petrolera. Algo así como una metamorfosis, donde el gusano de seda da paso a la mariposa. Empresas privadas, mixtas y de ser necesario estatales, controladas por el Estado con alta participación de capitales privados nacionales e internacionales. El estado no está en capacidad de financiar tal crecimiento, en primer término porque no tiene dinero. Y si lo tuviera debería utilizarlo en aliviar el gran problema socioeconómico que padecemos.
2. NO se trata de únicamente incrementar la producción de petróleo o de gas. Eso sería apenas un parche. La industria petrolera es compleja y su reconstrucción abarca una cadena de valor que contempla la exploración, la producción de petróleo y de gas, la manufactura en Refinación y Petroquímica, y el mercadeo nacional e internacional.
3. Finalmente NO tiene sentido construir una industria de primer mundo si los beneficios que esta obtenga no se dirigen hacia la construcción de una Venezuela sustentable. La principal meta debe ser que cuando por fin el petróleo deje de ser negocio, el país siga adelante sin necesitar la renta petrolera. Se trata de sembrar… la renta petrolera.
Indicadores de la recuperación de la industria petrolera
Coloquemos en blanco y negro los parámetros que nos indicarían la recuperación de la industria petrolera:
- Producción de petróleo
No se trata de pasar o no pasar del millón de barriles diarios, esas son visiones miopes. Debemos apuntar hacia el desarrollo de nuestro potencial que es superior a los cuatro millones de barriles diarios. Crear condiciones para ello. Hay suficientes reservas para producir crudos livianos, medianos y pesados durante mucho más de cincuenta años.
- Producción de gas
El país puede producir más de 10.000 pies cúbicos diarios de gas. Y utilizarlo para mantener la presión de los yacimientos, para el hogar y para las industrias. Es la hora de industrializar el gas. Además de construir una petroquímica de primer mundo. Y por supuesto, de utilizarlo para satisfacer las plantas eléctricas y optimizar el tan deteriorado servicio de electricidad. No hay excusas.
Y existe la oportunidad de utilizar las cuantiosas reservas de gas del Mar Caribe para licuar el gas metano, embarcarlo en metaneros y exportarlo hacia rumbos de América o del mundo.
- Refinación
La capacidad de refinación de Venezuela llegó a ser un millón trescientos mil barriles por día. Hoy apenas se procesan unos 240.000. Hay un gran daño en las refinerías. La recuperación de la industria petrolera pasa por la recuperación de las refinerías a objeto de satisfacer el mercado interno y generar divisas por la exportación.
Y ojalá podamos salvar Citgo, una refinería en óptimas condiciones que procesa más de ochocientos mil barriles diarios de crudo y permite el acceso a más de cinco mil estaciones de combustible en el mercado norteamericano.
- Mercado interno
Recuperar la industria petrolera pasa por poner orden en las estaciones de servicio, en las plantas distribuidoras, en el parque de gandolas, en los poliductos asociados a estos procesos. No se puede decir que se recupera la industria petrolera si siguen las colas y la escasa calidad de los combustibles. Es imperativo lograr la Seguridad Energética: que haya combustibles de buena calidad en los surtidores, gas directo y de bombona de manera continua. Que cuando se oprima el suiche encienda la luz. Parámetros que en estos momentos dejan mucho que desear.
Otros parámetros son una petroquímica de primer mundo que sirva al país y procure altas cifras de divisas, así como una comercialización internacional que como otrora, coloquen en el estado del arte a la industria petrolera venezolana.
Igualmente, y es tal vez el indicador más importante, que no se despilfarren ni se desvirtúen los ingresos de la industria, sino que sirvan de pivote para la construcción de una Venezuela sustentable.
Síntesis
La recuperación de la industria petrolera venezolana implica elevar la producción de petróleo y gas, recuperar las refinerías, garantizar la Seguridad Energética, la construcción de una petroquímica de nivel mundial, y la maximización de divisas que se utilicen como pivote de una nueva Venezuela. Abarcar apenas uno o dos aspectos en forma aislada, es hacer política de parchetes.
El problema es sistémico, ataquémoslo de manera sistémica. Lo demás, son cantos de sirenas, que casi desde la época de Ulises, nos tienen ensordecidos. ¿Hasta cuándo?
Buenas reflexiones. Gracias por compartirlo. Un abrazo.
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