HIPERINFLACIONES Y CAMBIOS… DE GOBIERNOS


Rafael Gallegos    Blog núm. 271

Las historias de los pueblos se repiten y se repiten hasta que estos se las aprenden. La observación de las hiperinflaciones que en mundo han sido parece una plana. Casi todos obedecen a las mismas causas. Déficit presupuestario, impresión de moneda sin respaldo, Banco Central dependiente del gobierno, devaluación crónica y populismo. En el caso venezolano todo comenzó a la voz de exprópiese, los insultos a los empresarios, la generación de desconfianza, la hiperestatización, la gigantesca improductividad. Era la consecuencia de la destrucción estratégica de Venezuela para mantenerse por siempre en el poder. Se les fue la mano y los agarró esta  vorágine. Y no darles pena recitar  el cuento de la guerra económica.

Los venezolanos hasta ahora creíamos que la inflación era solamente alza vertiginosa de precios. Ahora vivimos que es destrucción de la economía y de la vida. Que va ligada a  la escasez y al hambre.

En hiperinflación, los ingresos se orientan casi exclusivamente a la búsqueda, muchas veces  infructuosa, de comida. Las empresas de otros rubros tienden a quebrar porque no tienen a quien vender. El pueblo se desespera y busca un culpable: el gobierno. Y por eso, para los gobiernos casi siempre la hiper¡nflación termina siendo un boomerang que se devuelve, los golpea y los saca del poder.

CUENTOS DE HIPERINFLACIÓN…

La Revolución Francesa se catalizó por falta de pan y por papel moneda que no valía nada. Escasez, inflación, hambre y desesperación. El Rey terminó en la guillotina.

En Nicaragua, la inflación llegó a varios miles por ciento en 1990. Era de tal dimensión que se dice que la gente pagaba los taxis al montarse para evitar incrementos de tarifas. Fueron a elecciones. Violeta Chamorro sorprendió a los sandinistas  y Daniel Ortega salió del gobierno.

En Argentina, la inflación llegó a 3.000 % en 1989 y más de 2.000% en 1990. El pueblo sacó al presidente De la Rúa. Un argentino me contó que cuando le pagaban cambiaba los pesos en dólares, fuera cual fuera el cambio. Menem  ganó las elecciones llevando el mensaje subrepticio del pueblo de: acabar con las leyes laborales, privatizar… lo que fuera, con tal de acabar con la inflación.

En Bolivia, la inflación llegó en 1985 a más de 8.000%. El presidente Siles Suazo, adelantó las elecciones. Una manera decente de reconocer sus fatídicos resultados y renunciar… sin alusiones a Maduro. Ganó Paz Estenssoro e implantó un paquete económico exitoso.

En Zimbabue, los precios llegaron a duplicarse todos los días. La inflación llegó a millones por ciento. Hoy parecen haber dolarizado y eso ha incidido en disminuir el fenómeno. Como caso excepcional, Robert Mugabe, su  líder eterno, el de la espada de Bolívar, se mantiene en el poder.

En Chile, durante el gobierno de Salvador Allende, multiplicaron el circulante por cuatro y la inflación llegó a 700%, luego de uno o dos años de prosperidad. Las damas caceroleaban en las marchas. Sobrevino la escasez. Perdieron las elecciones regionales contra la unidad de la oposición en 1973. Esta inflación aceleró el golpe que quería mucha gente desesperada en Chile y gobiernos como el de Nixon. Y llegó al poder Augusto  Pinochet. Y gobernó durante 17 años de criminal dictadura. Cuando salió del poder, la inflación era cosa del pasado.

En Alemania, luego de la derrota de la Primera Guerra, la firma del degradante Tratado de Versalles y la implantación de la llamada República de Weimar, se desarrolló una inflación que llegó en 1923 hasta 56.000.000.000 %. Pagaban los sueldos dos veces al día. Le daban a los trabajadores media hora en la mañana y media hora en la tarde para ir a comprar (¿imitarán en Venezuela para hacer colas?). Para no cambiar etiquetas colocaban un porcentaje de cambio de precios por hora.

Un músico contó cuando que en una ocasión  fue a cobrar las regalías de sus partituras. Trató de comprar el periódico para leer qué podía comprar con ese dinero. Ni siquiera pudo comprar el periódico. O sea…

Los alemanes superaron la inflación; pero cinco años después los agarró la Gran Depresión, que se mantuvo por años y provocó la llegada nada menos que de Adolfo Hitler.

CASO VENEZUELA

Mientras se mantenga  gobierno no hay superación de la hiperinflación. No quieren y creo que no pueden hacer las cosas de manera diferente. Liberar la economía y recortar el populismo es negar lo que han sido desde su origen el 4F. Si siguen mandando, la inflación escalará hasta  3.000 por ciento y más. El hambre petrolera será tan terrible que recordaremos con nostalgia cuando hacíamos largas colas o cuando gastábamos todo el dinero en comida. Porque en hiperinflación el hambre y la escasez crecen exponencialmente para todos, menos los ricos y los enchufados.

Hiperinflación significa cambio de gobierno, es un Frankestein que  acaba con sus creadores.





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