EL TERREMOTO DE CÚCUTA Y EL PETRÓLEO VENEZOLANO (I/II)*
RAFAEL GALLEGOS 635 Una inmensa bola de fuego cruzó el cielo de Cúcuta la noche anterior al gran terremoto. El largo relámpago sin trueno alumbró los rostros de los cucuteños y las calles y las paredes de las casas del pueblo. Adentro se iluminaron los corredores, los baños, las habitaciones, los patios, los más ínfimos rincones. Para los pobladores, esa inmensa luz confirmaba los malos presagios de los adivinos. - Viene una tragedia terrible. - No quedará piedra sobre piedra. - Fin de mundo. - Castigo de Dios, castigo de Dios. - Mucho aguardiente y mucho putañero. - Harán cola en el infierno. - Ave María Purísima. Estaban aterrados. Cúcuta llevaba varios días sacudida por fuertes temblores de sonidos estrepitosos que algunos imaginaban como ...