PETRÓLEO VS ALTERNAS … FALSA DICOTOMÍA

 

RAFAEL GALLEGOS BLOG 623

Juan Pablo Pérez Alfonzo sorprendió cuando se alió con los árabes en el negocio petrolero. Muchos creían que la dicotomía para el negocio debería ser “Venezuela vs países petroleros árabes”, ya que estos, con mejores crudos y gigantescos yacimientos, podían desplazar, en un mediano plazo, a Venezuela de los mercados.

Sin embargo, JPPA dio un giro estratégico al cambiar la dicotomía por “Productores exportadores vs Transnacionales”. Así nació la OPEP. Una alianza entre países productores y exportadores de petróleo, con la idea de enfrentar a las transnacionales petroleras y obtener el máximo beneficio de su recurso.  

Ocurre algo similar con la supuesta rivalidad entre las energías fósiles y las energías verdes o alternas, que hemos ubicado en la dicotomía “Fósiles vs Alternas”, cuando los hechos nos comprueban que, en lugar de ser antípodas, o “enemigas”, son complementarias.

La realidad es que la dicotomía que debe desarrollarse es “Energéticos Vs Desastre Climático”.

El hecho que las energías alternas estén muy lejos – décadas - de desplazar al petróleo como fuente de energía, obliga a repensar la estrategia.

PARADOJAS DE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

La gran paradoja es que mientras las energías alternas “desplazan” a los fósiles, el petróleo bate récords de producción. Para el 2025, se estima llegará a más de 105 millones de barriles diarios vs 100 de hace dos o tres años. Pero no es la única paradoja. Veamos:

-      Las energías limpias no son tan limpias, requieren muchos materiales “sucios” … necesitan multiplicar la producción de níquel, cobalto, grafito y litio en más de 20 veces. Y por cierto, muchos de esos elementos, llamados “tierras raras”, están en países como China, que tiene pocas restricciones ambientales para la extracción.

-      También muchas de esas energías “limpias”, se extraen con materiales no renovables, o requieren procesos muy contaminantes.

 

EL CAMBIO CLIMÁTICO

Entonces, ¿qué hacemos? ¿Seguimos explotando fósiles ignorando las consecuencias para el ambiente? Sería por lo menos una irresponsabilidad. La Tierra muestra desequilibrios que no se pueden ignorar. La mayor cantidad de CO2 en dos mil años. El mayor nivel del mar en tres mil años. La menor masa ártica en cien años.

Sin embargo, mayor irresponsabilidad sería acabar con el uso de fósiles sin tener capacidad de sustituirlos. Sería volver a la edad de piedra. ¿Entonces?

Es la hora de diseñar nuevas estrategias.

En primer lugar, la lucha no es entre energéticos. Hay que acabar con la actitud mitológica de ver a los petroleros como los malos de la película, y a los “verdes” como los buenos. Ambos son necesarios, e insistimos, se complementan.

Más bien se trata de una nueva conceptualización del desarrollo. De integrar todas las formas de energía para, dentro de los posible, descarbonizar al planeta.

Y por cierto, no se trata de “salvar la tierra”, sino de salvar la civilización. Porque si a ver vamos, más bien la Madre Tierra agradecería que tamaños depredadores nos marcháramos.  

ENFOQUE SISTÉMICO

El petróleo y el gas hoy resultan mucho menos contaminantes que en décadas anteriores. Por ejemplo, ya desapareció la gasolina con plomo, los clústeres permiten perforar muchos pozos desde una misma localización, las fosas de desperdicio son tratadas para hacerlas amigables con el ambiente.

Por otra parte, la Captura y Almacenamiento de Carbono (CAC) ha experimentado avances que reducen la contaminación. De poderse aplicar masivamente, el mundo podría disponer de hidrocarburos – limpios- por más de cien años. Paradójicamente, el CAC puede hacer que la descarbonización del planeta proceda de los hidrocarburos. Nada nuevo, la independencia energética de USA procedió del mismísimo petróleo… de lutita.

Por su lado, las energías solar y eólica han logrado significativos avances; sin embargo, la incapacidad de almacenamiento limita su eficiencia. Las otras formas de energía también muestran serias limitantes.

La energía nuclear provoca un debate en Europa y tiene la inmensa debilidad que genera el temor (¿o terror?) de repetir Chernóbil o Fukushima.

Lo razonable es que los fósiles incorporen al máximo tecnologías alternas en sus procesos.  Que todos los energéticos hagan equipo con la mira puesta en mitigar el cambio climático: “Energéticos vs Desastre Climático”.

Es muy importante porque ni el CAC, ni las energías alternas han resultado, por ahora, disruptivas.

Es fundamental que, además de la energía, se incorpore al “equipo” el manejo de la contaminación que acaba con el ambiente. Es hora de tomar en serio los postulados de la Economía Circular, que plantea un modelo de producción y consumo orientado a minimizar los residuos. Hay que orientar las acciones hacia un planeta limpio.

Para ello hace falta una mentalidad “verde”, pero sin lumpias. Es decir, que camine por este sendero por ahora aceitoso, con una mentalidad ambiental llena de realismo y esperanza.

Es hora que estos equipos se constituyan bajo la dicotomía “Energéticos vs Desastre Climático”. E imiten a los investigadores del Covid que, trabajando en equipo ante la emergencia de la pandemia, lograron una vacuna en poco tiempo, que por la vía normal hubiera tardado por lo menos quince o veinte años.

Y el clima, no lo dude, está en emergencia.

Estamos a tiempo de llegar a tiempo. Como dicen que llegó el carbón a sustituir la madera cuando los bosques de Europa desaparecían y ya no daban para servir de combustible, o como el querosén que llegó cuando las ballenas ya no podían satisfacer el alumbrado de las lámparas.

Es imperativo – tal vez de vida o muerte de la civilización- que la descarbonización llegue a tiempo.

 

 

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