RÓMULO GALLEGOS, LOS INTELECTUALES Y LA POLÍTICA
Rafael Gallegos Blog 535
Rómulo
Gallegos fue varias veces candidato al Premio Nobel de Literatura. En 1950, el
joven escritor Gabriel García Márquez, expresó en un artículo que parecía
seguro que ese año le otorgaran el galardón al venezolano. Nunca se sabrá si la
dictadura militar se movilizó para que no le dieran tamaño premio a un
presidente derrocado por ellos.
Lo
que sí hizo la junta militar de facto fue, aunque usted no lo crea, pagar miles
de dólares al futuro Premio Nobel (así son las cosas) Camilo José Cela, para
que escribiera por encargo una obra capaz de desdibujar a la inmortal Doña
Bárbara. Cela cumplió su encargo sacando a la luz la novela “La Catira” sin
lograr, ni comparación, el objetivo de ensombrecer la obra del Maestro. Ante
tal fracaso, el proyecto, que contemplaba varias novelas (llano, selva, Zulia,
etc.), fue cancelado.
El
hecho de que el tan insigne novelista Rómulo Gallegos fuera derrocado luego de apenas
nueve meses en la presidencia, aunado a que más de cien años antes el sabio
José María Vargas corrió con la misma suerte a los pocos meses, creó una matriz
en el imaginario nacional, que reza que los intelectuales no sirven para el
poder.
Un
peligroso paradigma que divorcia la inteligencia del gobierno, y ha redundado
en gobiernos nefastos.
Eso
de que los intelectuales no sirven para el poder, es una creencia muy
peligrosa. Primero, porque promueve que el colectivo piense que no importa el
nivel de ignorancia de los políticos, sino su simpatía, zalamería, “viveza”, y declaraciones altisonantes que mantengan al
pueblo activo en sus emociones. Algo tan absurdo como creer innecesario que un
médico sepa operar en un quirófano, y valorar sus expectativas por su simpatía y
sus promesas de que la cirugía saldrá bien.
Segundo,
porque la creencia es falsa. Los grandes políticos han sido intelectuales de
primera línea. Churchill fue Premio Nobel de Literatura. Kennedy fue Premio Pulitzer.
Fernando Henrique Cardozo, presidente de Brasil que inició importantes reformas
que beneficiaron a su país, fue un gran teórico del desarrollo.
En
Venezuela ha habido presidentes rayantes en el analfabetismo como los Monagas,
Crespo, o Juan Vicente Gómez, y sus balances fueron negativos.
Como
contraste que ha habido otros como Guzmán Blanco, quien era abogado, militar,
académico y políglota. Muy superior a su tiempo. Sus resultados, con todos los
defectos y su excesiva autocracia, son los mejores del siglo XIX venezolano.
López
Contreras escribió varios libros. Su obra política fue muy buena. Reflejó su
intelecto en una transición hacia la democracia y hacia un país próspero.
Rómulo
Betancourt fue un pensador político. Su obra “Venezuela Política y Petróleo” es
una referencia. Escribió otros libros y miles de artículos. Su equipo incluía políticos
de gran peso intelectual como Andrés Eloy Blanco, Gonzalo Barrios, Prieto,
Pérez Alfonzo, el mismo Rómulo Gallegos, y un largo etcétera. Rafael Caldera
fue un intelectual de valía. Jóvito Villalba, uno de los mejores
constitucionalistas de Venezuela. Uslar Pietri fue una mezcla de político de
altura con escritor de primera línea. Estos políticos, entre otros, forjaron el
período más próspero que ha vivido Venezuela. Los cuarenta años de la república
civil.
El
Nobel Vargas Llosa tal vez hubiera sido un gran presidente de Perú. No lo
eligieron… peor para los peruanos.
Entre
1868 y 1874, el gran literato latinoamericano Domingo Faustino Sarmiento, autor
del inmortal y emblemático “Vida de Juan Facundo Quiroga”, fue presidente de
Argentina. Su período fue importante forjador de esa Argentina que a principios
del siglo XX estuvo a la par de Estados Unidos y tenía mayor PIB per cápita que
Francia.
Pudiéramos
seguir; pero es suficiente lo que exponemos para concluir que la
intelectualidad y la política sí van de la mano. Es más, que tienen que ir de
la mano. Que cuando no van, los períodos presidenciales son mediocres y generan
marasmo y retroceso en los países. Ejemplos de incapaces en el poder que
perjudican a sus pueblos, sobran…
Destacaremos
sólo uno: a Hitler, pintor y arquitecto frustrado, quien apenas escribió “Mi
Lucha”. Un compendio de odios y medias verdades que, de paso … se lo escribieron.
ESTADISTAS
Es
preciso aclarar que hay intelectuales que no están preparados por su carácter,
o por su formación, para la política; pero es hay que diferenciarlo del hecho
de que a mayor formación intelectual los políticos pueden tener mejores logros,
y como contrapartida, a mayor ignorancia de estos … peores resultados para los
pueblos.
Los
políticos deben ser cultos, para visualizar su realidad de manera profunda.
Conocedores de la política, de las leyes, de economía. Como decía Andrés Eloy,
“un océano de conocimiento con un centímetro de profundidad”.
Cuando
el político es ignorante genera un país con una mitología de fracaso y en
constante retroceso. Cuando es conocedor, pilas y ético, estamos en presencia
de un estadista. Como Roosevelt, Churchill, De Gaulle. Tres intelectuales que
forjaron a sus pueblos.
En
Venezuela, dados los resultados, Betancourt y Caldera parecen Churchill, a lado
de los estadistas “revolucionarios”.
No
hay dilema entre intelectualidad y política. Política es conocimiento,
liderazgo y es acción.
TRES
ANÉCDOTAS
Subdesarrollo….
- De
Don Rómulo Gallegos se dice que no era político. Pero tal vez de haber sido suizo hubiera
resultado un gran estadista en aquel país, al aplicar su visión sin tener que
estar pendiente de militares felones que lo quisieran derrocar.
Ni
ser víctima de rumores que lo obligaron a utilizar una figura literaria, cuando
Miguel Otero Silva le preguntó si estaba preocupado por los ruidos de sable.
Don Rómulo empantuflado le respondió: ¿usted cree que yo tuviera estas
pantuflas si estuviera preocupado para correr?
Magnífica figura literaria; pero… lo tumbaron a los tres días.
Realismo…
- Gallegos
no tuvo la precaución de Pérez Alfonzo, quien cuando le instaron a luchar por
la candidatura presidencial de AD en 1963, expresó que no aceptaba porque los
venezolanos no éramos suizos.
- O
la del eminente venezolano doctor Arnoldo Gabaldón (filósofo y médico científico
de primera línea), cuando le ofrecieron la presidencia de la junta de gobierno
en 1950, luego del asesinato de Delgado Chalbaud. Les dijo que, si no iba a ser
el jefe, no aceptaría. Y no aceptó. Entonces los militares se buscaron un títere…
Cosas
de nuestro subdesarrollo que de ninguna manera niegan la necesidad de que
nuestros políticos posean un alto contenido intelectual.
La
inteligencia al poder… debería ser una
urgente consigna. Y hoy más que nunca.
-----------------------------------------------------------------------------------------
Venezuela merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de
contribuir a la construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!
Esta columna se publica en
Noticiero Digital, Informe 21, Emisora Costa del Sol, revista Petroleum, y en
otros medios.
Buenos días,muy bueno,gracias.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo allí escrito. Y los resultados de elegir politiqueros ignorantes e inmaduros los tenemos a la vista en casi toda Latinoamerica y expandiendose hacia Europa sin hablar de su existencia en África y Asia
ResponderEliminarGracias por sus comentarios. Ojalá se revierte esta tendencia a elegir a cualquiera para esas altas responsabilidades. Saludos!!!!
ResponderEliminar