NUESTRO PETRÓLEO, ¿TIENE FUTURO?
Rafael Gallegos Blog 517
1.-
La destrucción de Pdvsa
Lo
que ha acontecido a la industria petrolera venezolana no tiene parangón. El
gobierno “revolucionario” la destruyó. Y sin echarle la culpa a las sanciones o
al bloqueo.
A la producción, más tres millones de barriles
de petróleo, que iban enrumbados hacia seis, la han disminuido hasta menos de
un millón. Hoy seríamos el cuarto productor petrolero del mundo, y apenas somos
el décimo de la OPEP.
De
ser exportadores de gasolina, ahora batimos el récord Guinness de días en la
cola de las bombas de gasolina y de gasoil (y ni siquiera nos dan sánduches de
mortadela).
La escasez
del gas se mide por la poquedad de las bombonas para cocinar, y en los
rutinarios apagones.
Por
último, acabaron con la renta petrolera. No hay casi divisas y eso se refleja
en dinero inorgánico, hiperinflación, salarios y pensiones indigentes, decrecimiento
del PIB y por supuesto las cifras de desempleo más altas del mundo. O sea… hambre.
Todo un Guinness de la destrucción.
2.-
¿La destrucción de Pdvsa es consecuencia de la nacionalización?
Pues
no. La nacionalización (o estatización) de la industria petrolera fue muy
exitosa. Veamos: La Internacionalización permitió llevar el petróleo desde los
pozos hasta los tanques de combustible de los países consumidores en Europa y
Norteamérica. El Cambio de Patrón de Refinación incrementó desde quince hasta cuarenta
por ciento la producción de gasolina por barril de petróleo, convirtiendo a
Venezuela en un importante exportador de ese producto. La creación del Centro
Refinador de Paraguaná (CRP), optimizó la producción de las refinerías de Amuay
y Cardón, siendo para ese momento la refinería más grande del mundo. El
desarrollo de la Faja, así como la producción de las áreas nuevas de Monagas y
Apure. La creación de Intevep y el CIED. La Orimulsión, que se hubiera
convertido en un combustible muy importante de la industria eléctrica mundial.
El fraccionamiento del gas. La creación del Condominio JOSE.
El
proceso de Apertura incorporó capital privado al negocio, desarrollando los
campos maduros (500.000 barriles diarios), y los mejoradores de la Faja, otros
500.000 barriles. Y todo ello con venezolanos y en apenas 25 años. Qué orgullo.
De una petrolera a un emporio energético.
Hay
quienes afirman que la destrucción de Pdvsa fue consecuencia del proceso de
nacionalización. Y es todo lo contrario. Pdvsa estaba tan bien encaminada que les
costó casi veinte años acabarla. La destrucción pasó por botar la mitad de su
gente (a mucha honra y agrupadas en Gente del Petróleo y Unapetrol), en
humillar y politizar a los trabajadores que tomaron la decisión de quedarse. Además,
triplicaron la nómina hasta el increíble número de 170.000 empleados. Eso sin
mencionar la gigantesca corrupción que hace que ellos mismos se encarcelen.
La
democracia construyó Pdvsa y la “revolución” la acabó, al igual que acabó al
país.
3.-
La “recuperación roja”
Cual
incendiarios haciendo rol de bomberos, los “revolucionarios” han pregonado planes
para la recuperación de Pdvsa. Desde la Siembra Petrolera, que pautó casi seis
millones de barriles, hasta el millón y medio de barriles (y cero colas de
gasolina) que prometieron para diciembre 2021. Como no les dan sus números,
corrigieron la cifra para un millón de barriles. Al paso que van, harán otra
corrección en diciembre porque al millón de barriles, no van a llegar. ¡Ah! y
de las colas en las bombas, nada dicen. Las refinerías están destruidas.
Al
gobierno hay que pedirle seriedad. El petróleo es un negocio de muy alto
perfil. Requiere de altas inversiones, tecnología y gerencia, tres cosas que
escasean en la Pdvsa roja. Para iniciar una recuperación integral del negocio,
deberán comenzar por negar lo que han sido. Y de paso, la recuperación no es de
parchetes, es sistémica.
4.-
Cambio climático y decadencia del negocio petrolero
Mientras
el mundo se recalienta peligrosamente a riesgo de inundar las ciudades costeras
y desertificar las áreas agrícolas en pocas décadas, los científicos y
políticos discuten si el cambio climático es un fenómeno de ciclos planetarios,
o culpa del carbón generado desde la revolución industrial. Por lo pronto en el
COP26, los principales países intentan tomar medidas para disminuir la
producción de carbono ocasionada por la actividad humana.
El
carbón, el petróleo y el gas están en la mira. Descarbonización es la palabra
clave. Algunos países han tomado medidas
prohibiendo en el corto plazo los vehículos de gasolina y diésel, e
incrementando esfuerzos en relación a las energías alternas.
El
petróleo se ha convertido en un niño malo. Y eso, afecta el futuro de la
industria petrolera venezolana.
Pero
la realidad es que las energías alternas no muestran avances significativos.
Podrían parafrasear a Shakespeare, mucho ruido y pocas nueces. Mucho deseo y
poca realización. Están a la espera de una tecnología disruptiva.
La
industria petrolera juega su permanencia con la tecnología de captura de
carbono. De hacerla exitosa en los próximos años en las operaciones de petróleo
y gas, en las refinerías y petroquímicas, sucedería un fenómeno que ya se
repite: que la alternativa al petróleo… sea el mismo petróleo. Verbigracia el
hidrocarburo de lutita que, desde el mismo negocio petrolero, superó de manera
significativa la dependencia energética de Estados Unidos.
Si
la captura de carbono resulta exitosa, habrá petróleo para cien años. Y su
éxito es tan probable o más, que el de cualquier energía alterna.
5.-
Las opciones venezolanas
Muchos
técnicos opinan que la Faja Petrolífera no tiene futuro. Aducen el cambio
climático; pero si la captura de carbono resulta exitosa, ese aspecto pasaría a
un segundo plano. Aducen los altos costos, y olvidan que Canadá que maximiza su
producción de bitumen a pesar de ser mucho más difícil y costosa que la faja, que
requiere desforestar bosques, sacar crudo con palas, trasladar la tierra en
correas para extraer el bitumen y luego sembrar lo desforestado, y para remate
sin contar con el oleoducto Keyston por ahora, para llegar al Golfo de México.
Si los canadienses pueden, por qué no pueden los venezolanos.
De
hecho, en el largo plazo y con la captura de carbono como tecnología efectiva, la
Faja es una opción para alimentar al mundo. Somos CH, comemos CH y la Faja es
CH. Ya existe la proteína oil. De allí a los bistecs y las caraotas de petróleo
es cuestión de tecnología. ¿Qué tal la Faja el granero del mundo?
Volviendo
al corto plazo, Venezuela tiene reservas de más de 20.000 millones de barriles
de crudos livianos y medianos. Con esa cantidad, se pueden producir dos
millones de barriles diarios por más de veinte años.
Además,
se estiman recursos por alrededor de 14.000 millones de barriles en la lutita,
que volvemos a preguntar: si es negocio para los norteamericanos, por qué no
para los venezolanos.
Y
eso sin nombrar las reservas de gas costa afuera, sin duda una gran
oportunidad.
El
negocio petrolero es de probabilidades, economía y geopolítica. Las estrategias
hacia el futuro deben tomar muchos factores en cuenta y, sobre todo, estar
orientadas al aprovechamiento de las cuantiosas reservas.
6.-
El futuro exitoso de nuestros hidrocarburos
Pasa
por diversas estrategias.
En primer lugar, un Plan de Emergencia para
rescatar la industria del estado en que se encuentra y estabilizar sus mínimas
funciones de producción de petróleo y gas, refinación, mercadeo, etc. A tal
efecto un equipo de más de 150 técnicos, tiene (tenemos) varios años trabajando
ese aspecto. Muy importante porque sin año uno, no hay años dos.
Lo
que se haga luego de la emergencia para desarrollar una nueva industria
petrolera requiere de: generar confianza para atraer inversiones de miles de
millones de dólares, una nueva Ley de Hidrocarburos que permita incorporar
capitales privados, mediante Rondas de Licitación y con la creación de una
Agencia Nacional de Energía; dejar a Pdvsa como una empresa más en el concierto
de nuevas empresas privadas. Control del negocio por parte de los venezolanos.
Políticas de Responsabilidad Social dirigidas a dinamizar y desarrollar las
áreas aledañas al negocio. Y por último, lo más importante, orientar los
ingresos generados para el desarrollo del país de una manera innovadora que
evite repetir errores. Por ejemplo, utilizar las regalías e impuestos solo en
inversiones. El éxito se construye desde las estrategias.
7.-
Conclusiones
Nuestro
petróleo sí tiene futuro, pero requiere de …
- Cambio de modelo de país para generar confianza.
- Estrategias sistémicas asertivas para atraer
capitales, tecnologías y personal, enlazados en una industria petrolera moderna
capaz de competir exitosamente en el mundo.
- Control del negocio por parte de los venezolanos.
- Y por supuesto, poniendo énfasis en el desarrollo de
energías alternas, que a la larga serán el sustituto de los fósiles.
Y por
cierto, ayudaría mucho que conservemos Citgo, que por ahora los administradores
actuales ( petroleros democráticos y capaces), la han salvado del embargo hacia
donde la encaminó la “revolución”.
Una
industria de primera que sea capaz de ayudar a la construcción de un país de
primera.
De
nosotros depende…. estar a la altura del compromiso que se presente.
--------------------------------------------------------------------------------------------------Venezuela merece una industria petrolera
de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de
primera. ¡Hasta cuándo!
Esta
columna se publica en Informe 21, y en
la revista Petroleum.
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