PÉREZ ALFONZO MÁS ALLÁ DEL MITO
Rafael Gallegos Blog 510
La
importancia de Juan Pablo Pérez Alfonzo en el devenir del petróleo venezolano
es tal, que el análisis de su obra está lleno de emocionalidades extremas.
Algunos lo tratan como un dios, y otros le echan la culpa del desastre
petrolero actual. Ha alcanzado, y eso es negativo, la categoría de mito. Y los
mitos exacerban la condición humana y hasta llegan a encarnar fuerzas de la
naturaleza. Son interpretaciones negativas que no permiten analizar las obras
de manera comedida, certera y ubicada en sus tiempos.
Nuestro
mito por excelencia es Simón Bolívar. Para no ir muy lejos en la historia
podemos observar a esta “revolución”, que ha tenido el tupé de llamarse
bolivariana. Y como su desarrollo y logros están muy lejos de la doctrina del Libertador,
han creado un Simón Bolívar falsificado y a la medida de sus desmanes,
comenzando por el rostro y siguiendo por hacer “bolivariana” la destrucción
nacional que padecemos.
Por
ello, queremos analizar a JPPA más allá del peligroso mito. Comenzaremos por
ubicarlo no como el prohombre del petróleo venezolano, sino como uno de los más
importantes. Tal como Gumersindo Torres, a quien se le debe un buen análisis de
su contradicción de gomecista y patriota. O Néstor Luís Pérez, autor de la Ley
de 1938 aprobada por el congreso y jamás puesta en práctica quien sabe por qué
oscuros intereses, que estuvo preso en La Rotunda por luchar contra la
dictadura gomecista. También hay que destacar a Betancourt, a Uslar Pietri, a
muchos otros, y más acá en el tiempo reconocer en Rafael Alfonzo Ravard al
equipo de eminentes venezolanos que dirigieron con éxito la nacionalización del
petróleo, muchos de los cuales conviven con nosotros.
Para
analizar la obra de JPPA intentaremos ubicarnos en su tiempo, sopesar sus ideas
y acciones en sitio (en lo posible), y no desde este siglo XXI tan lejano en la
época y en los paradigmas.
EL
PETRÓLEO POSTGOMECISTA
Juan
Vicente Gómez fue un dictador sostenido por el petróleo. De antología aquello
de “hagan ustedes las leyes porque son los que saben de petróleo”. Éramos el
primer exportador petrolero del mundo y paradójicamente un país analfabeto
(80%), joven a juro (promedio de vida de 34 años) y palúdico. Las prebendas
petroleras convirtieron al dictador Gómez en el hombre más rico de Venezuela.
Su fortuna era seis veces el presupuesto nacional y sus haciendas tomadas de la
mano podían llegar desde Maracay hasta San Cristóbal.
Luego
de la muerte de Gómez, Arturo Uslar Pietri lanzó la consigna de “sembrar el
petróleo”, que resultó escrita en piedra, y se planteaba el uso los beneficios
de la industria petrolera para construir Venezuela. Apenas habían pasado siete
años largos de Achnacarry, la reunión de los zares del petróleo de donde
salieron las llamadas siete hermanas, que dominaron por décadas la producción y
los mercados petroleros a costa de presiones, golpes de estado y guerras, lo que
fuera necesario. Por otra parte, la participación de Venezuela en los
beneficios de su industria petrolera era muy baja. Menor que la mexicana y de
otros países concesionarios.
A
partir de la muerte de Gómez se comienzan a gestar leyes que facilitaran a los
venezolanos el control y participación en el negocio petrolero. En 1938 se
lleva al Congreso una ley que se aprueba; pero nunca se aplica.
En
1943, el presidente Medina Angarita encabezó la aprobación de una moderna Ley
de Hidrocarburos que unificó las concesiones, incrementó la participación e
incorporó la figura de impuesto sobre la renta.
Juan
Pablo Pérez Alfonzo, diputado al congreso por AD, se abstuvo de votar la ley.
Alegó que no aclaraba aspectos de refinación y que no arreglaba cuentas con deudas
previas de las transnacionales.
Sin
embargo, los adecos no pudieron solapar que en general esa ley estaba de
acuerdo con sus principios. Tanto, que fue el marco legal que utilizó JPPA en
su política petrolera a partir de 1945.
…
A PARTIR DEL 18 DE OCTUBRE
La
Junta Cívico Militar resultante del golpe del 18 de octubre fue presidida por
Betancourt, y cuatro de sus siete miembros pertenecían a AD. Pérez Alfonzo fue
el encargado de manejar la política petrolera.
El
mundo salía de la guerra, la producción petrolera se multiplicaba en Venezuela
y el mundo. Fue nuestro primer boom petrolero. En 1938 se había nacionalizado
el petróleo mexicano. En febrero de ese 1945, el presidente Roosevelt salió apresurado
de la reunión con Stalin y Churchill en Yalta, para a abordar el yate USS
Quincy en el Canal de Suez, a objeto de recibir al Rey Abdulaziz Ibn Saud, de
Arabia Saudita. Acordaron un impactante y poco conocido pacto geopolítico que
consistió en un intercambio de petróleo por protección, que fue puntal
energético en las siguientes décadas.
La
guerra mundial la habían ganado los que tenían petróleo. Hitler no pudo hacerse
de un surtidor confiable. Su “locura” de abrir dos frentes en 1941 al invadir
la URSS no era tal, sino la desesperación por apoderarse de los ricos yacimientos
soviéticos.
La
política petrolera de la Junta Cívico Militar se basó en: Incrementar la
participación del estado en el negocio, más allá de la Ley propusieron el
Fifty- Fifty, que consistía en distribuir “mitad y mitad” los beneficios de las
petroleras; además en no otorgar más concesiones (JPPA decía que apenas habían
explorado mínimas cantidades de las que se habían concedido).
En
cuanto al uso de la renta, se propusieron una agresiva expansión educacional,
la industrialización (crearon las corporaciones regionales para promover
economías, Betancourt decía que había recursos y no había ni empresas ni
empresarios), la reforma agraria y en lo político, la bandera de elecciones
universales, directas y secretas.
Lo
que proponía JPPA en materia petrolera, no era muy diferente a las propuestas
de los principales partidos URD, Copei y PCV, a pesar de que estos no apoyaban
al gobierno. La diferencia sustancial de ese momento tal vez haya sido en
referencia a las concesiones, por la tendencia política en la que destacaba
Uslar.
La
política de JPPA 1945- 48, se puede sintetizar en: mayor participación, y no más concesiones.
El
Fifty - Fifty fue aprobado por el congreso cuando JPPA era ministro de Don
Rómulo Gallegos, el 11 de noviembre del 48. Y el 24 de ese mismo mes… tumbaron
al insigne novelista. Cuando éste llegó exiliado a La Habana, dijo que lo
habían derrocado los norteamericanos. Betancourt en su monumental “Venezuela
Política y Petróleo”, negó ese hecho. ¿Conveniencia política?
JPPA
EN LA REPÚBLICA CIVIL
Al
caer la dictadura de Pérez Jiménez y luego ganar Betancourt las elecciones,
JPPA volvió a ser el ministro del petróleo. ¿Qué había pasado en el mundo? En
Irán, Mossadegh nacionalizó el petróleo en 1951 y fue derrocado en 1953. La
guerra fría estaba en su apogeo. Las siete hermanas seguían controlando el
negocio.
En
Venezuela, Pérez Jiménez otorgó más concesiones. El presidente Edgar Sanabria
había colocado el ISRL petrolero en 60 %.
La
producción y los precios los seguían controlando los concesionarios. JPPA en
lugar de observar a los árabes como rivales en producción, los consideró socios
y de allí salió la OPEP, que comenzó muy modestamente y a la vuelta de trece
años realizó una gigantesca transferencia de capitales desde el primer mundo
hacia los países exportadores de petróleo.
La
política petrolera de JPPA fue continuación de la del trienio 45- 48, con los
agregados de la creación de la OPEP; la CVP, y la conservación de los
hidrocarburos.
En
1967 publicitaron el Pentágono Petrolero cuyas aristas (Participación en el
negocio, Conservación de los hidrocarburos, No más concesiones, CVP y OPEP), reflejaban
la política petrolera de casi todo el estamento político en esos años.
Obsérvese que hasta ese momento no se hablaba de nacionalización.
En
1964 se realizó el debate AUP – JPPA. Se enfrentaron dos concepciones del
negocio y su impacto en Venezuela: Sí o No, más concesiones. La participación
del Estado en el negocio petróleo. Los límites de la inversión en Venezuela de
los dividendos del petróleo.
NACIONALIZACIÓN
“CHUCUTA”
JPPA
se retiró de la política activa, pero era una referencia no solo en el aspecto
petrolero, sino en temas como la corrupción, la población y el ambiente.
Apoyó
el proceso de nacionalización. Sin embargo, no estuvo de acuerdo con el
Artículo Quinto, que permitía (casi en casos extremos) la participación de
capitales privados en la industria. Dijo que por ello la nacionalización sería
chucuta. En el libro “El Desastre”, conversación entre varios, principalmente
JPPA y Domingo Alberto Rangel, se nota un viraje de Pérez Alfonzo a posiciones políticas
extremas.
EFECTO
VENEZUELA
Luego
del boom petrolero del 73, JPPA se mostró muy preocupado por el crecimiento de
la corrupción, y porque Venezuela no pudiera absorber los pingües recursos.
Decía que Venezuela iba a ser como un indigente que se ganara la lotería y
comiera siete veces al día hasta que se descompensara. Que al país le iba a
suceder eso con los excedentes y que esa descompensación iba a ser conocida
como Efecto Venezuela.
Al
observar cómo el país en diez años pasó de increíbles ingresos a la devaluación,
a la debacle y a la crisis que culminó en el chavismo, vale la pena analizar
esa conceptualización que dejó JPPA para despedirse.
En
síntesis, un gran pensador que respondió, como todos, a su época.
A
JPPA hay que analizarlo en su tiempo y no desde este 2021. Preguntarnos para
llegar a conclusiones más certeras: En
esos años… ¿qué hubiera hecho usted? ¿qué impacto tuvieron sus políticas?
Superar
su mitología, para realmente extraer lecciones de su historia.
-----------------------------------------------------------------------------------Venezuela merece una industria petrolera
de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de
primera. ¡Hasta cuándo!
Esta
columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21,
así como en la revista Petroleum.
Rafael, en mi opinion, la historia nunca me pareció interesante hasta que llegaste tú con tu narrativa. Infinitas bendiciones para esa brillante mente
ResponderEliminarhooola. Un millón de gracias por esa opinión. Tal vez la más estimulantedesde que escribo.
ResponderEliminarUn gran abrazo.