2021, ¿MÁS LUZ, O… APAGA LA LUZ?
Rafael
Gallegos Blog 473
El título
de esta crónica se refiere a las últimas palabras pronunciadas por dos
personajes antagónicos, Goethe y Bin Laden, que reflejan no solo la trayectoria
de sus vidas, sino dos modelos muy diferentes para asumirla.
“Luz,
más luz”, se dice que la última frase pronunciada por Wolfgang Goethe, el gran autor alemán. Tal vez como expresó
alguien en sorna y seguramente con una dosis de realismo, lo que pedía el
alemán ya moribundo era que abrieran las cortinas para que entrara más claridad
o algo así, porque la verdad es que suena irreal por no decir cursi, fallecer con
una proclama en los labios. Sin embargo, la frase va en línea con la vida de Goethe,
que fue un maravilloso intento por alumbrar la existencia de sus
contemporáneos. Un literato tope de su tiempo. Su inmortal “Fausto” muestra la
complejidad y fragilidad del espíritu humano. Nos indica que todo hombre tiene
su precio a la hora de sucumbir a las tentaciones, y que, si uno procede de
buena fe lo perdona hasta el demonio.
Por
otra parte, “apaga la luz” fueron las últimas palabras de Osama Bin Laden. Se
las dijo a su esposa cuando oyó en su casa los ruidos anormales que lo
llevarían a la muerte. Tal vez fue su última “proclama”. ¿Alguien duda que Bin
Laden es por lo menos una buena antítesis de Goethe?
He
ahí dos frases de dos individuos, uno benefactor y otro malhechor de la
humanidad, que reflejan la actitud que se puede tener ante la vida: Más luz… o, Apaga la luz.
Los
venezolanos en esta hora tan menguada, la peor de la historia de la república, estamos
obligados a definir si apagamos la luz o si bregamos por más luz. Ser o no ser.
Luz o no luz.
APAGA
LA LUZ
Pocas
frases finales pegan tanto con la vida como la de Bin Laden, un hombre que
sembró oscuridad y terror. Que dejó al mundo más oscuro que como lo encontró.
Decir
“apaga la luz” más que una frase es una actitud y quién lo duda, la favorita
del gobierno. Lo apagaron todo. Apagaron a Venezuela. Como si Bin Laden les hubiera
dado la orden: “Apaga la luz … de Venezuela”. No voy a repetir la cantaleta que
todos padecemos de un país destruido, hambriento, sin moneda, sin ingresos, sin
agua… sin luz.
Apagaron
la luz en las parlamentarias cuando anularon a los liderazgos de los partidos
opositores, nombraron “su” CNE y de manera inconsulta y ampliaron el número de
diputados. Así “ganaron” la Asamblea Nacional (tal vez la única luz que había
al final del túnel). Ahora Venezuela anda a tientas y ojalá no nos acostumbremos.
Como en el “Ensayo sobre la ceguera” del Premio Nobel Saramago, los venezolanos
nos fuimos quedando ciegos poco a poco, uno tras otro. Lo bueno de esa novela
es que de pronto todos fueron recuperando la vista paulatinamente. Un final
feliz.
En
esta hora aciaga lo peor que podemos hacer ese 85% de venezolanos que queremos
superar este estado de cosas, es apagar la luz e irnos. No me refiero a la
diáspora que se lleva a la patria en el corazón, sino a los que
independientemente de dónde estén, asumen actitudes negativas y oscuras que no
ayudan a recuperar la democracia. Eso es
lo que quiere esta “revolución”, cuyo desiderátum ha sido destruir a Venezuela
para comerte mejor. Como en Cuba, Corea del Norte…
LUZ,
MÁS LUZ
¿Y
cómo pedimos (o mejor, bregamos) más luz? Por supuesto con una actitud personal
imitadora de César con aquello de quien no espera vencer está vencido, o de
Bolívar en Pativilca cuando enfermo y derrotado al preguntarle que pensaba
hacer dijo Triunfar. A pesar de tanta derrota hay que esperar la victoria como la
única alternativa. Hay que olvidar que el Libertador perdió batallas por años …
hasta que comenzó a ganar. Así es la política.
Ya
comenzaremos a ganar.
Pedir
más luz significa que los opositores reconozcamos, sin buscar culpables sino
soluciones, los errores que hemos cometido y que por eso estamos donde estamos.
Y ante estos resultados, replantear a fondo la estrategia para recuperar la
democracia. Unidad y Estrategia.
Unidad,
¿hasta cuándo van a seguir separados todos los liderazgos? La suerte de uno es
la de todos. Debemos pedir, una vez más a todo el liderazgo conocido, que se
siente alrededor de una mesa y no se levante hasta diseñar una estrategia
común. Guaidó, Ramos Allup, López, María Corina, Capriles, Ledezma y todos los
que quieran de verdad reimplantar la Democracia.
¿Difícil?,
Cierto; pero más duro es hacer que la revolución se eternice aplicando
exitosamente la fórmula divide y reinarás. ¿Hasta cuándo?
¿O
es que vamos a seguir creyendo que Betancourt, Caldera, Villalba y Machado eran
gatos del mismo saco?, ¿O que Frei, Lagos, Piñera y Bachelet no tenían
diferencias profundas? ¿O Bolívar y Morillo? ¿Nuestra realidad es más dura que
la del Viet Nam, que se sentó a negociar en plena guerra?
Entendamos,
la Unidad se hace entre diferentes, porque si fuéramos iguales estaríamos en todos
en el mismo partido. Es indispensable organizarse alrededor del objetivo común
de reimplantar la democracia.
Al
país hay que plantearle estrategias asertivas (ya basta de actitudes hippies
que no llevan a ningún lado) en referencia a las elecciones de gobernadores y
alcaldes; y en referencia al revocatorio. Hay que discutir lo que se espera de
las políticas de Biden con la “revolución”.
¿Qué hacer, qué hacer, qué hacer? … todos, unidos, en este este 2021.
Hay que evitar que el gobierno alcance el triste récord (para los venezolanos)
de los 27 años del gomecismo en el poder.
Lo
demás, es apagar la luz. Y pensar que algunos hasta se jactarán de hacerlo con
su propio con su propio suiche…
Venezuela
urge de un liderazgo Unido y Asertivo. Los que no den la talla que se aparten.
Un
liderazgo que sea capaz de alumbrar la esperanza, de movilizar a la ciudadanía
y de mostrar un camino.
Luz,
más luz.
PD:
Este año se cumplen 200 años de Carabobo y 300 de la
Universidad Central, por cierto, diseñada para vencer las sombras. Ojalá celebremos estas fechas más cerca de Goethe
que de Bin Laden.
Feliz
2021.
Esta columna es publicada en
diarios Informe 21 y Diario de Caracas, y en la revista Petroleum.
Rafael, lo dicho: impecable e ilustrativo, como siempre. Ojalá nuestra dirigencia aprenda de tanto error y te escuche. Bendiciones
ResponderEliminarEstimado Rafael, bienvenido,el efecto multiplicador,a internalizar y poner en practica como un sólo equipo, p iluminar el Sendero q permita recoger las Cenizas, antes de ser exparcidas y consolidarlas, en la reconstrucción del Aparato Productivo y la Rectitud administrativa. Reflexiones p Sumar y Forjar un Bienestar p Todos.
ResponderEliminarExcelente artículo Rafael, totalmente de acuerdo contigo, ese es el Plan B que ahora será el A
ResponderEliminarUna verdad desnuda, políticamente hablando. Excelente Rafael.
ResponderEliminarPor delante la unidad, por el medio la unidad en la retaguardia la unidad no hay de otra, esa es la consigna, por entre los rincones la necesitamos.
ResponderEliminarEso es lo que deben ENTENDER URGENTE, los actuales líderes de oposición Guaidi y María Corina, los demás, no valen la pena...!
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