RÓMULO BETANCOURT Y EL 18 DE OCTUBRE
Rafael Gallegos Blog 466
Rómulo Betancourt inició su
carrera política en 1928, en una Venezuela caracterizada por una larga
dictadura de más de veinte años, con muchos presos políticos, torturados,
asesinados y exiliados, con más del 80% de analfabetas, plagado de enfermedades
endémicas y con una esperanza de vida de… 34 años. Ese mismo año el país se
convertía en el primer exportador de petróleo en el mundo.
En 1945 Betancourt era un joven
y prestigioso dirigente político. Ya había sufrido persecución en la clandestinidad,
cárcel y exilio. Era uno de los máximos dirigentes del nuevo partido Acción
Democrática (AD). El país progresaba en todos los sentidos luego del
fallecimiento del déspota Juan Vicente Gómez. Mariano Picón Salas expresó que
el siglo XX había comenzado en Venezuela en 1936, a la muerte del dictador.
El hombre de la transición
fue el general Eleazar López Contreras, Ministro de Guerra. La otra opción para
la sucesión había sido el terrible Eustoquio Gómez, primo del dictador y con un
prontuario que no tenía nada que envidiarle al de Al Capone.
López comenzó un gobierno de
reformas. Disminuyó su período presidencial de siete a cinco años, lo que en
Venezuela significaba una hazaña. Inició cambios a lo largo y ancho del país. Con
mano dura y represiva, fue haciendo pininos democráticos. Le sucedió en el poder el
coronel Isaías Medina Angarita, hombre amplio y progresista, del que hay que
destacar entre otros aspectos la singularidad de que no tuvo ni un preso
político.
Sin embargo, las reformas
democráticas no iban a la velocidad de la nueva sociedad que se gestaba,
caracterizada por la fundación de partidos políticos modernos, un liderazgo
emergente de nivel universitario, y la solicitud de avanzadas reformas. Entre estas
destacaba la elección universal directa y secreta.
Elección Universal, porque
podrían votar todos los ciudadanos mayores de edad, las mujeres, (la última reforma les permitía participar
sólo en elecciones locales), y los analfabetas, hasta ese momento execrados del
proceso electoral.
Elección Directa, porque se podrían
elegir sin intermediarios todos los cargos. En ese momento la selección del
Presidente de la República era de segundo grado. Los ciudadanos hombres y
alfabetos elegían a los diputados al Congreso Nacional, y estos al Presidente
de la República. Rómulo Gallegos había perdido 120 a 13 votos en 1941 contra
Medina Angarita. Y para las elecciones de 1946, el Partido Democrático
Venezolano (PDV), dominaba el Congreso. O sea que el presidente sería el que
nombrara Medina, o – si se colaba por los palos- el expresidente López
Contreras. Se trataba de un conciliábulo que elegiría al siguiente Presidente,
que además debería ser tachirense y
militar.
Y elección secreta, esa era
la única condición que aparentemente se cumplía en Venezuela. Por cierto, casi
todo el mundo democrático había adoptado la elección universal, directa y
secreta. En América Latina, entre las pocas excepciones estaban Venezuela, y
Haití.
Con su negativa a la elección
universal, directa y secreta, el régimen insistía en colocarle una camisa de
fuerza a la democracia. En una democracia chucuta donde la decisión del pueblo no estaba representada.
Así se tensaban las correas hasta que se rompieran en una
salida de fuerza. Iban gestando el 18 de
octubre. Igual sucedería años después
con el plebiscito de Pérez Jiménez, que desembocó en el 23 de enero. Las
elecciones chucutas generan gobiernos de infinita represión, o salidas
violentas… Son las leyes de la historia, que deben aprender los políticos de
hoy y de siempre.
EL
DISCURSO DEL NUEVO CIRCO
En su discurso en el Nuevo
Circo, el 17 de octubre de 1945, un día antes del golpe, Betancourt acusaba de peculado al gobierno y
pedía acelerar reformas en la educación, el campo, las industrias; así como
incrementar la participación de Venezuela en el negocio petrolero y libertades
para los procesos de sindicalización.
Planteó en el mitin que la dirección de su partido AD,
preocupada por la situación electoral, pensó en meses pasados en el doctor
Diógenes Escalante como un presidente de transición. Planteó Betancourt que
consideraban a Escalante un hombre serio, “desvinculado de la zarabanda de
desaciertos y peculado que caracterizan al actual gobierno”, y con un
conocimiento de la problemática del país enriquecido por intercambios a nivel
de la Casa Blanca.
Betancourt dijo en el
discurso que decidieron que Raúl Leoni y él fueran Washington a conversar con
el Embajador Escalante. Le plantearon su visión al Embajador, y le dijeron que
si se lanzaba, ellos no harían pactos con el PDV; pero sostendrían una “actitud
simpática”. Acordaron no participar a su favor; pero “extenderle un cheque en
blanco por unos meses a su gobierno”, esperando que cumpliera con la
modernización del proceso electoral.
Lamentablemente el candidato
Escalante, estando en Caracas y siendo el futuro Presidente, enfermó de manera
irreversible. Un día le dijo al Doctor Ramón Velásquez que no tenía camisa para
asistir a una reunión. Y eso fue todo.
EL
POCO “ENTUCIASMO” POR ANGEL BIAGGINI
Ante este desgraciado
imprevisto, Rómulo Gallegos, Betancourt y otros dirigentes de AD fueron a
Miraflores a solicitud del Presidente Medina. Plantearon que la sustitución de
Escalante debería ser por un candidato extra partido, producto de
conversaciones y capaz de aglutinar a su alrededor fuerzas políticas y
económicas.
La respuesta de Medina fue la
elección inconsulta (para con AD) del doctor Ángel Biaggini, Ministro de Agricultura y Cría.
Civil, lo que era un avance, tachirense (más de lo mismo) y sobre todo sin
carisma para agrupar con entusiasmo. Por cierto en una carta pública Biaggini escribió a mano “entuciasmo” ,con c, aspecto
que fue muy burlado por sus rivales políticos.
LOS
“CHOPO E PIEDRA”
Por otra parte, jóvenes
militares encabezados por Pérez Jiménez, Delgado Chalbaud (ingeniero asimilado
al Ejército), los hermanos Vargas y Edito Ramírez entre otros, conspiraban para
quitarse de encima a sus jefes que ellos denominaban “chopo e piedra”,
militares andinos la mayoría, sin estudios y con una carrera a la sombra del
gomecismo.
Los militares conspiraban. Hablaron
con Betancourt y con Leoni, quienes dudaban. Buscaron la salida con Escalante.
Luego de la candidatura de Biaggini, se decidieron.
El 18 de octubre de 1945, se
dio el golpe. Fue exitoso. Rómulo Betancourt de 37 años, quedó al frente de la
Junta Revolucionaria de Gobierno. Ejército y pueblo unidos - decían. Lo
militares le ofrecieron a Betancourt la presidencia. Inicialmente plantearon
dos militares, dos adecos y tres independientes. Al final quedaron cuatro
adecos, dos militares y un independiente.
Medina no pudo o no quiso
adaptar la política a los nuevas realidades, ni mandar a su casa a los viejos
generales.
¿Revolución o golpe? Todavía
se discute. Lo cierto es la historia dio un giro, hace 75 años.
Esta columna se publica en los periódicos digitales “Informe 21” y “Diario de Caracas”, y en la revista “Petroleum”.
esta historia debe de tener una segunda parte, los logros del trienio son importantes, muchos no lo saben, la incorporación de muchos lideres de provincia a los cargos públicos y la presencia de todo el mundo para la elección.
ResponderEliminarRafael, gracias por tan ameno recuento. En verdad sería bueno tener otra entrega para completarla
ResponderEliminarBuenos días hasta hoy fue que pude leerlo con tranquilidad, estupendo recuento histórico del amigo invisible Rafael, gracias apreciado amigo por tomarte el tiempo de compartir esté blogs con nosotros. Al igual que los demás lectores pienso que debería haber unas partes siguientes hasta llegar a la revolución chavistas, pues nadie sabe para dónde va sino sabe de dónde viene y el qué no conocé su historia no puede predecir su futuro.
ResponderEliminar