A JUGAR CARIBE

Rafael Gallegos    Blog  449

Las dictaduras están claras en que los partidos políticos son el mejor camino para llegar a la democracia. Por eso los anulan, inhabilitan o persiguen. La historia está llena de ejemplos. Lo primero que hizo la Junta Militar que derrocó al demócrata Rómulo Gallegos en 1948, fue proscribir a Acción Democrática. Los adecos  comenzaron a transitar la ruta de la persecución, tortura y exilio.

 Eligio Anzola, el  secretario general  de AD, fue capturado, torturado, le sacaron los dientes a  patadas, lo embarcaron en un avión para Chile, donde murió – no era para menos- pocos años después. Al siguiente secretario general, Leonardo Ruiz Pineda lo asesinaron a balazos en una emboscada y tuvieron el descaro  de publicar en la prensa una foto de su cadáver con una botella de ron cerca, como sugiriendo que andaba de parranda. A otro secretario general, Alberto Carnevali lo dejaron morir de cáncer sin ninguna atención en la cárcel de San Juan de los Morros. A Pinto Salinas, el siguiente, lo ametralló el esbirro Braulio Barreto.

Al Partido Comunista también lo execraron y valientemente mantuvo una muy dura lucha que también arrojó heroicos mártires.

Hay muchas historias de dictaduras, como la de Arévalo González quien se creyó el cuento de que el dictador Juan Vicente Gómez convocaría a elecciones en 1913, y lanzó como candidato presidencial al Doctor Félix Montes. Terminó preso por años en La Rotunda. Su candidato Félix Montes pudo huir a Curazao. El dictador Gómez por su parte inventó una invasión de Cipriano Castro por Coro, que lo “obligó” a suspender las elecciones… para siempre.

Hoy los venezolanos nos enfrentamos a un autoritarismo mucho más sabido. Las estrategias de Goebbels ya han sido superadas. Los deslenguados dicen que quedó como un  niño de pecho. La verdad es que hasta George Orwell se quedó corto en su fabulosa novela “1984”.

Lo que han hecho con AD, PJ, UNT (lo de VP parece trágico y diferente) es hilar tan fino, que al pobre ojo del Big Brother de Orwell, lo han dejado miope y con lentes “culo de botella”. 

Cambiar de un plumazo la directiva de esos partidos  y nombrar una directiva   ad hoc sin aviso y sin protesto por una simple queja procesada en tiempo record,   equivale a que la prefectura de una zona recibiera queja de un matrimonio vecino y procediera a destituir al marido y nombrarle a la mujer y a la familia  un nuevo esposo, o “protector” ad hoc. Ah!, y habilitado.  Por favor…pura Policía del Pensamiento de la novela “1984”.

Y ahora,  ¿quién podrá defendernos de tanto Chapulín… rojo?

UNA “REVOLUCIÓN” EXITOSA

Si por alguna fantasiosa casualidad pudiéramos hallar, a lo Edgard Alan Poe,  un manuscrito en una botella, con fecha de hace más de veinte años y que contuviera el programa de gobierno de la “revolución”, corroboraríamos lo fríamente calculado  de la escasez, la  desesperanza y la opacidad electoral a que se  somete hoy al tan cacareado hombre nuevo con ingreso miserable de tres dólares mensuales. Nada es casual. La “revolución” para el cumplimiento de sus designios requiere que el ciudadano venezolano esté quebrado económica y moralmente. ¿Hay que decir más para describir la “nueva normalidad” del hombre nuevo del socialismo?

A pesar de lo que creen algunos inocencios, este gobierno no ha fracasado. Al contrario, su triunfo ha sido espectacular. Paso a paso han cumplido su estrategia Lobo Feroz made in en Cuba comunista, consistente en empobrecer al pueblo para “comerte mejor” y permanecer para toda la vida en el poder. No hay que olvidar que Fidel Castro, el Big Brother de la “revolución”, fue el Lex Luthor de la política latinoamericana.

 Y llegamos a este llegadero. Unas elecciones parlamentarias con un árbitro rojo, decenas de diputados con chance de repetir que se  han tenido que ir de Venezuela, muchos políticos y movimientos políticos inhabilitados o casi anulados, centenares de presos políticos, una diáspora de millones de venezolanos, televisoras y radios mediatizadas.

Claro, si leyéramos bien el “Manuscrito  hallado en una botella”, podríamos encontrar que esta estrategia está planificada  para que la oposición no vote, ya que representa más del 80% de los electores. El gobierno sabe que si votamos, no puede ni soñar con el control de la Asamblea Nacional.

Si el gobierno de verdad quisiera que el ciudadano se expresara, otras serían las condiciones. Por eso, no se engañe. Todo este juego es para incrementar la abstención y tomar el Parlamento.

No lo dude.

Y PARA REMATE, LA DISPERSA OPOSICIÓN

Y para más INRI, la oposición está muy lejos de la Unidad. Unos no quieren participar porque “no hay condiciones”. Otros plantean que la Asamblea de Guaidó seguirá como válida porque las parlamentarias de diciembre “son inválidas”. Algunos dicen que “dictadura no sale con votos”. Otros esperan una invasión. Los dialogantes de la mesa con el gobierno, dejan pasar por “debajo de la mesa”, sin ninguna  protesta firme, todas las  irregularidades contra los partidos políticos y contra el proceso democrático, y se notan muy esperanzados con mayores cuotas para los partidos minoritarios, llaman al voto. Los chavistas arrepentidos, al observar tanta dispersión no saben qué hacer.

 Seguramente parte del liderazgo planea sentarse  en la puerta de su casa a esperar que pase el cadáver del enemigo. A ese paso lo más probable es que el destino les responda como en la novela de Hemingway: ¿Por quién doblan las campanas?, están doblando por ti.

La abstención conllevará a una Asamblea chavista y luego a gobernadores y alcaldes chavistas.

Los que esperan intervención de fuerzas internacionales corren el riesgo que les pase como a los actores de la obra del teatro del absurdo “Esperando a Godot”… un Godot que nunca llega. Y por cierto, el que puede llegar es John Biden abrazado de Raúl.

Los que se abstendrán y juegan a que la nueva Asamblea no será reconocida, tal vez observen en el 2021 como el gobierno, jactándose  de “legalidad”,  arrasa a la Asamblea de Guaidó, valiéndose de  mayorías abstencionistas,  hace aprobar su “nueva” Constitución y arrasa en las elecciones de gobernadores y alcaldes. Y todo legal legalito. 

Los opositores que ilusionados  concurran a votar por uno de los dispersos  partidos de oposición, chocarán con una representación muy minoritaria. 

Entonces… ¿no hay salida? Parece que en todas las opciones vamos perdiendo.

Somos más, abrumadoramente más, y perdemos. ¿Qué hacer?

EXPLORAR RUTAS ELECTORALES

No es fácil. Tenemos que encontrar una ruta electoral. Realista. Romper paradigmas. Jugar caribe. El gobierno nos está haciendo coleo en nuestras narices.

Es imperioso que TODAS las tendencias opositoras (que realmente tengan como objetivo implantar la democracia) se reúnan y exploren rutas para ganar las elecciones parlamentarias. Para ello hay que dejar atrás rencillas, abrir la mente, cambiar estrategias, deponer egos, exigir condiciones.  Y por supuesto, estimular y organizar al pueblo.

No es fácil, nada fácil.  Realmente se requiere un pañuelo en la nariz. Pero tal vez sea la única rendija por la que nos pueda entrar luz. Con todo el respeto por todos los líderes opositores (y los no líderes que se fajan en la política todos los días), estamos como el coronel Aureliano Buendía, perdiendo todas las batallas.

Es muy necesario un Frente Unitario y una Estrategia Común que enseñe una Ruta de Victoria. Tenemos que jugar caribe, jugar vivo. Organizar a la inmensa mayoría.

Y si la Ruta Electoral diese negativa, de todas formas para cualquier acción es insoslayable la Unidad, la Organización y una compartida Ruta de la Victoria (la que sea pero Unitaria y con acciones para el Día D+1) con que estimule a tanto opositor hoy aletargado. Y vale jugar en varios tableros… pero en Unidad.

Se solicitan romulos betancoures, adelante por arriba de las tumbas adelante.  

En este tramo se juegan muchos liderazgos. Porque, júrenlo,  nada será igual en el 2021.

La historia nos exigirá en el futuro información del uso  del liderazgo y de los muchos o pocos recursos. Como en la Parábola de los Talentos. A cada quien según lo que le dieron.

Y la historia… no perdona.