LA REVOLUCIÓN DESVALIJADORA
Rafael
Gallegos Blog 429
Veinte años no es nada – cantaba
Carlos Gardel. Sin embargo para los venezolanos estos veinte años de
“revolución” han sido nuestra particular historia de la eternidad,
parafraseando al Maestro Borges. Dos
décadas de rompimiento de familias, insatisfacción de necesidades, desesperanza…
hambre y sobrevivencia. Y para más INRI en el nombre de un “pueblo” cada vez
más famélico y marginal.
Einstein cuando explicaba su Teoría de la
Relatividad decía que la percepción del
tiempo es muy diferente si se comparan cinco minutos de placer con cinco minutos sentado arriba de una plancha
caliente. Los cinco minutos de la plancha son infinitamente más largos. Los
venezolanos tenemos veinte años sentados
en un hervor… una eternidad.
Años “bolivarianos” que se iniciaron con el
portentoso nombre de revolución. Nada nuevo bajo el sol de Venezuela.
A
LOS VENEZOLANOS NOS ENCANTA UNA REVOLUCIÓN
Como en 1835 cuando unos
militares descontentos encabezados por Santiago Mariño (candidato presidencial
derrotado) efectuaron un vulgar golpe de
estado para sacar nada menos que a José María Vargas del poder, tuvieron el
tupé de bautizar esa intentona como revolución.
Revolución de las Reformas.
Cuando años después Julián
Castro (el mismo militar que detuvo a Vargas el día del golpe) intentó tomar el poder - otra intentona - vio el almanaque, observó que estaban en marzo
y en un arranque de originalidad bautizó su también vulgar golpe, Revolución de
Marzo.
Luego vino la Revolución de
Abril (claro estaban en abril) y la Revolución Azul… cada conspiración era un
golpe y cada golpe una revolución.
En 1892 Joaquín Crespo
llegó con su montonera para sacar a Andueza Palacios de la presidencia, porque éste
quería reformar la Constitución para quedarse
cuatro años en el poder. Crespo llamó a su movimiento Revolución Legalista… y en lugar
de cuatro… se quedó seis años en el poder.
Cipriano Castro bautizó a
su golpe Revolución Restauradora y Gómez al golpe contra su compadre Revolución
Rehabilitadora.
Hasta Betancourt el 18 de
octubre cayó en la tentación de llamar al derrocamiento de Medina revolución… Revolución
de Octubre.
En 1959 Fidel Castro hizo
vibrar a los fumadores de lumpias de América Latina con su movimiento totalitario y negador de la
democracia, que por supuesto llamó Revolución. ¿Qué tal?
Por lo visto la palabra revolución
sirve para todo, y como que da caché.
LA
“REVOLUCIÓN BOLIVARIANA”
El movimiento nacido de una
intentona golpista el 4F92 se dice revolucionario y se dice bolivariano, no
faltaba más. Pero sus actuaciones son el reverso de la vida de Bolívar. Por
ejemplo, el Libertador era mantuano (o sea oligarca), nació rico y murió pobre,
al revés de tanto prohombre de esta “revolución” que nació en la inopia y hoy causa
revuelo en el jet set internacional.
Los “bolivarianos” intentan
identificar a Simón Bolívar, el hombre que habló del “imperio de la Ley” con
esta perenne praxis antidemocrática que padecemos donde la ley es cada vez más
una excusa. Como si el Libertador hubiera
estado de acuerdo por ejemplo, con colocar militares a las puertas de la
Asamblea para agredir diputados y prohibir la entrada a las sesiones.
O como si el Libertador
pudiera validar esta diáspora o el vertiginoso crecimiento de la pobreza bajo
la excusa de la guerra económica.
Desengañémonos, Bolívar
sería el primer opositor en la Venezuela de hoy. El constructor de la patria no
podría estar de acuerdo con sus desvalijadores. La ejecutoria de esta
“revolución” se parece tanto al Libertador como su rostro “oficial” a los retratos que le elaboraron los mejores pintores de su tiempo.
Si Simón Bolívar resucitara y protestara este
desvalijamiento de Venezuela, le sucedería igual que al Jesús de Dostoievski, que
cuando criticó el mal uso de su imagen le dijeron: mire Jesucristo, es mejor
que se quede tranquilo, porque de lo contrario vamos a tener que crucificar a
Cristo en el nombre de Cristo.
DESVALIJADORA
Si algún nombre tuviera
esta “revolución”, en justicia habría que llamarla Desvalijadora, porque la
verdad es que lo que muestran como resultado es el desvalijamiento de
Venezuela.
No vamos a contarles
cuentos a ustedes que saben tantas historias. Pero… ¿Recuerda cuando su salario
le alcanzaba para pagar comida, colegios, condominio, seguros, regalos
navideños, ir de vez en cuando a algún restorán y salir de vacaciones? ¿Recuerda cuando en su casa no se iba la luz,
ni el agua, los teléfonos servían, había sencillo y billetes, y las tarjetas de crédito eran … de crédito?
Todo comenzó con el
exprópiese, con las invasiones, con el desprestigio a los empresarios. Con el
rompimiento de las cadenas de productividad.
La Triple Corona del
Desvalijamiento: Mayor Devaluación del Mundo, Mayor Hiperinflación del Mundo y
Record Mundial de Siete Años de Decrecimiento.
Si fueran bigleaguers ya irían rumbo al Salón de
la Fama.
Y para remate, Cuádruple
Corona, el país más Desigual del Mundo: el 7 % de la población (¿enchufados?) posee
el 50 % de la riqueza. Y hemos duplicado el coeficiente Gini en los últimos
años. Es decir, somos los más desiguales
en nombre del Socialismo del siglo XXI.
O sea… a más socialismo más pobreza. Qué barbaridad, otra revolución como esta
y nos quedamos sin país.
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