IRÁN - ESTADOS UNIDOS


Rafael Gallegos    Blog  430

Frágil ha resultado el portentoso destino humano. La civilización ha desarrollado una tecnología que ofrece estándares de vida superiores a los sueños de nuestros antepasados; pero está seriamente amenazada por el daño al ambiente que en pocas décadas nos puede dejar sin planeta, y además por el peligro nuclear que en el  segundo menos pensado - mientras esto escribimos -  puede acabar con cada uno de nosotros. Parafraseando al gran Gabo, el peligro nuclear es una espada de Damocles sobre la cabeza de la humanidad.

El conflicto Irán – Estados Unidos se ha encargado de recordarnos nuestra creciente fragilidad. Cualquier bomba nuclear de hoy deja como un triqui traque a las que acabaron con Hiroshima y Nagasaki. Y lo que es peor, en pocos años sus componentes podrán ser adquiridos en cualquier ferretería y estarán al alcance de avezados estudiantes de bachillerato.  

Cuando Estados Unidos anuló la acción de los misiles iraníes quedó roto un paradigma de los conflictos atómicos. Ya el más poderoso no es el que tenga misiles… sino el que posea antimisiles.

Parece que por ahora la guerra no va, lo que le da un respiro al mundo. Sin embargo la tensión sigue. El medio oriente, por poseer las mayores reservas petroleras del mundo y tener a Israel enclavado en su seno, ha sido un conflicto permanente.  Se trata de una lucha de poder rociada con petróleo.

Por eso las sanciones de Trump - por estar supuestamente los iraníes en camino de construir su artefacto nuclear -  se miden en petróleo: un bajón de dos millones de barriles de producción de crudo iraní.  Y como los precios del petróleo lo marcan las creencias, el conflicto ha incidido en los precios. Por expectativa de guerra subieron unos seis dólares el barril. Bajaron éstas y bajo el crudo. En caso de haber habido guerra los precios se hubieran disparado hasta niveles impredecibles.

Nada más el cierre del Estrecho de Ormuz hubiera dejado al mundo sin unos 17  millones de barriles por día. Y si agregamos Suez al conflicto estaríamos hablando de veinte millones de barriles.

El estrecho de  Ormuz es tan potencialmente conflictivo que el  golfo que lo baña se llama Pérsico o Arábigo según quien lo nombre. Sus costas las bañan países que producen unos 18 millones barriles diarios y si se suma  Irak, que no es costero pero es usuario, se tendrían unos 23 millones  barriles que rodean al golfo. A lo que habría que agregar el cuantioso gas principalmente de Irán y Qatar. Toda una fuente de energía. Y para más INRI, hacia la costa oeste del golfo se encuentran países sunitas y a la costa este, países chiitas. Frente a frente.

De cumplirse las amenazas contra Israel, el conflicto corría el riesgo de ser nuclear…

SI TRUMP SUSPENDE LAS SANCIONES A IRÁN…

Todos los conflictos tienen un trasfondo económico. Hasta las cruzadas encerraban tras la espiritual  razón de rescatar el Santo Sepulcro, la intención de conquistar las ,rutas del oriente.

Es posible que las sanciones ciertamente se deban a que Irán está empeñado en construir su bomba atómica. Razón que sostienen Trump y Netanyahu en contra de la opinión de los líderes europeos y en su momento de Obama. ¿Quién tiene la razón? Vaya usted a saber. Tal vez las razones se parezcan a las de  Bush cuando fue a buscar el inexistente arsenal atómico a Irak.

Si Donald Trump suspende las sanciones contra Irán, entrarían al mercado dos millones de barriles y el precio del petróleo se vendría abajo. Y tendrían que cerrar unos cuantos barriles de petróleo de lutita en los Estados Unidos, con las consecuencias económicas que esto conllevaría.  

Entonces, el conflicto de Irán – Estados Unidos es geográfico, religioso, nuclear, petrolero y sobre todo económico. Múltiples factores que  muestran la complejidad del mundo que nos toca vivir.

VENEZUELA - IRAN

Si Trump suspendiera las sanciones a Irán, este levantaría rápidamente la producción en dos millones de barriles de petróleo y significativos volúmenes de gas.

Al revés que Venezuela. Sin sanciones la producción ya venía bajando aceleradamente desde tres hasta menos de un millón de barriles.

La razón es que las sanciones a Irán se aplican a una empresa productiva. Por el contrario las sanciones a Venezuela encontraron una Pdvsa mermada, con la producción en picada y las refinerías destartaladas. He ahí la gran diferencia.  

Mientras las medidas ciertamente recortan la producción iraní, en Venezuela son una excusa, que al igual que la guerra económica, la derecha, Uribe y la oligarquía. Apenas una excusa para tapar el desvalijamiento de la industria petrolera y del país.

PD1. Brasil a la OPEP… un temazo.

PD2: Toda la solidaridad con nuestro compañero Domingo Brito, detenido en El Tigre. Es miembro del Coordinador de Gente del Petróleo en El Tigre.

Comentarios

  1. Muy bueno su análisis. A su afirmación, la cual cito "Si Donald Trump suspende las sanciones contra Irán, entrarían al mercado dos millones de barriles y el precio del petróleo se vendría abajo. Y tendrían que cerrar unos cuantos barriles de petróleo de lutita en los Estados Unidos, con las consecuencias económicas que esto conllevaría", yo le agrego: ¿Y si recuperamos la democracia y recuperamos PDVSA y metemos 7 millones mas de barriles al mercado? Con eso, creo que tendrían que cerrar la producción de petróleo de lutita de los esquistos, mediante el proceso de fracking; Entonces parece que lo conveniente es que Maduro siga en el poder, para asegurar que PDVSA no resucite, y mientras tanto, el proceso de producción de petróleo mediante fracking se mantiene operativo, así, de presentarse un conflicto mundial, el suministro de petróleo no sería un problema y con PDVSA destruida, se acaba el subsidio a Cuba. La imaginación dá para mucho. Saludos, Freddy Riera.

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