LAS COLUMNAS DEL PODER
Rafael
Gallegos Blog núm. 405
Los gobiernos se derrumban cuando
las columnas que sostienen el edificio del poder no dan más. Columnas tales
como Militares, Liderazgo, Popularidad, Apoyo Internacional, Economía, Institucionalidad,
Represión, Costumbre, etc.
Observemos lo sucedido
cuando se desmoronó la revolución soviética. La aparente robustez del edificio de esa dictadura no era tal. Ni el
estricto control de la información, ni la propaganda, pudieron
evitar que el pueblo soviético conociera y envidiara la calidad de vida de sus pares
del capitalismo europeo, que contrastaba con su creciente pobreza. Por lo tanto
la columna Popularidad estaba deteriorada, y otra columna, Economía se había
minimizado ante el avance de Japón, Estados Unidos y Europa cuya ventaja
logarítmica en tecnología y productividad apuntaló a la revolución soviética como un país subdesarrollado,
sin libertades y con muchas privaciones económicas. A lo sumo, una pobre economía
de guerra.
El gobierno soviético recurrió
a maximizar la columna Represión. Pero no fue suficiente para sostener la
estructura. Entonces el portentoso totalitarismo
soviético se desmoronó como un pilón de barajitas, ante la indiferencia de los setenta
millones de miembros del tan cacareado partido comunista.
Y como los líderes de las
sociedades surgen en el momento preciso, Gorbachov y Yeltsin emergieron desde
las propias entrañas del partido, demostrando que no hay peor cuña que la del
mismo palo.
En la China comunista
sucedió un fenómeno similar. Por décadas las columnas Mao, Represión y Ejército
sostuvieron el edificio totalitario a pesar de las hambrunas provocadas por la
“revolución cultural” y el “gran salto adelante”. Al desaparecer Mao, de las entrañas del partido surgió un
líder, Deng Xiaoping, que vislumbró la
necesidad de acometer cambios profundos. Sin muchas elucubraciones marxistas
expuso una verdad de perogrullo: que lo
importante de un gato no es el color sino que sepa cazar ratones. Y se inició
el capitalismo chino.
Y podemos preguntarnos
porqué el comunismo cubano sobrevive luego de la desaparición de columnas
fundamentales como Fidel Castro, Popularidad, o Economía. Tal vez el edificio lo sostiene la
columna Represión Totalitaria.
La columna Economía fue modificada
por la genialidad de Castro al utilizar el
símbolo de la hoz y el martillo
comunista de una manera muy sui géneris: la hoz para reprimir y el martillo
para “martillar” países. Así “martilló” a la URSS por décadas. Y luego del
“período especial” que estuvo a punto de
derrumbar el comunismo, ha “martillado” a
Venezuela.
Dicen que Fidel Castro
cuando vio a Chávez y que rezó: Dios mío, yo no creo en ti; pero gracias por
haberme mandado a este muchachote.
Y la columna “Martillo” a Venezuela, ha durado veinte años… ¿hasta cuándo?
EL
CASO VENEZUELA
El gobierno de Caldera no
pudo con la debilidad de las columnas que sostenían el edificio de la República
Civil que imperaba desde el 58. Se habían debilitado y convertido en desesperanza,
sensación de fracaso, pobreza, corrupción, crisis institucional, falta de
liderazgo… la mesa estaba servida para un cambio profundo. Y apareció un mesías
que ofreció tocar el cielo con la mano.
Ya la “revolución” supera
los veinte años. En su período inicial las columnas del poder fueron Chávez, Popularidad,
Apoyo Militar, Prestigio Internacional, Inercia de las instituciones y de
empresas prósperas como Pdvsa, electricidad, CVG. Al poco tiempo los altos
precios del petróleo apuntalaron el proceso.
La popularidad de Chávez se
mantuvo por años. Dio la impresión de solidez mientras socavaba el edificio. Importaba
bienes y servicios, mientras desaparecía
con la empresa privada. Se jactaba de una política petrolera soberana mientras
destruía Pdvsa. Ganaba elección tras elección mientras desbarataba la
ecuanimidad del organismo electoral e implantaba un grosero ventajismo del
gobierno como una costumbre. Pura ilusión de armonía para comerte mejor.
Así debilitó las columnas
electorales, institucionales, petroleras y empresariales. Y le dejó a Maduro un
legado de derrota que nos ha conducido a la peor crisis de nuestra historia y
tal vez de América Latina.
HOY
El gobierno es una
estructura donde cuelgan desechas las columnas tradicionales de Liderazgo,
Economía, Servicios, Popularidad, Ingresos, Institucionalidad, Apoyo
Internacional.
Solo les quedan la columna
Militar, y la columna Represión. Nadie los quiere, ni en Venezuela ni en el
mundo occidental.
Venezuela es un país desvencijado sostenido
por dos columnas. Al paso que va, se puede convertir en una “república aérea”,
como expresaba el coronel Simón Bolívar en el Manifiesto de Cartagena… cuando
explicaba la caída de la Primera República.
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