VENEZUELA, BOOM SIN PETRÓLEO
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Rafael
Gallegos Blog núm. 350
Nuevamente suben los
precios del petróleo. La cesta venezolana se acerca a los setenta dólares. Se proyectan
cien dólares por barril. Nada nuevo bajo el sol. Los precios petroleros
obedecen a aquella ley creo que de Cantinflas: lo que sube tiene que bajar… y
lo que baja sube.
Tradicionalmente, cuando el
precio del petróleo ha subido, Venezuela se ha embarcado en una “ilusión de
armonía”. ¿Recuerdan los tabaratos cuando los venezolanos viajábamos por el
mundo cual jeques, mostrando al mundo la gigantesca paradoja de un poder
adquisitivo de suecos con el trasfondo de una productividad africana?, y cuando bajaban los precios, nos
invadía una desilusión.
Similar ocurrió al comienzo
de nuestro siglo (y más) petrolero. Cuando el dictador Gómez se multiplicó el
ingreso del fisco, llegamos a ser el primer exportador de petróleo del mundo.
Paralelamente, vivimos la decadencia de nuestra agricultura. Pareciera que la
riqueza petrolera a duras penas hubiera servido para sostener al dictador. A su
muerte éramos un país plagado de
enfermedades endémicas y con más de 80% de analfabetismo.
A partir de López
Contreras, el país inició un sostenido crecimiento – el más alto del mundo- por
cerca de cincuenta años. Con todos los defectos, cada hoy era mejor que ayer y
como dijo Carlos Andrés Pérez en los setenta, Venezuela era una isla de
tranquilidad en Latinoamérica.
EL
BOOM DE CAP
A partir de la guerra de
Yom Kipur los precios del petróleo se multiplicaron. En Venezuela el último
presupuesto de Caldera fue de 14.000 millones de bolívares y el primero de
Carlos Andrés Pérez, de 42.000. Comenzó la “Gran Venezuela”. Maravillosos y
gigantescos proyectos como Plan IV de Sidor,
Becas Gran Mariscal de Ayacucho. También se condonó la deuda agrícola,
se aceleraron cuánticamente las importaciones, se manifestó la tribu Tabarato,
se duplicó el número de empleados públicos. Y los planes de inversión se
manejaban como si los precios del petróleo fueran a subir eternamente.
Se manifestó el Efecto
Venezuela de Pérez Alfonzo que rezaba que el exceso de dinero por encima de la
capacidad de gastarlo iba a descompensar al país. La deuda creció a niveles
insospechados. Tanto que Luís Herrera Campíns al tomar posesión dijo que
recibía un país hipotecado. Y no pudo sostener el 4,30. En 1983 nuestra moneda
comenzó un camino de devaluación imparable que nos ha traído hasta el drama que
vivimos.
EL
PAQUETE DE CAP II
En 1989 CAP II trató de
implementar un paquete económico para
resolver los crecientes déficit fiscal, de divisas y de reservas
internacionales. Pactó con el FMI. “Sólo Pinochet y yo podemos aplicar un
paquete”, dijo en una muestra de sobreestimación de su liderazgo. Dicen que lo
aplicó mal y lo comunicó peor. Lo cierto es que dio pie a la fatídica intentona
encabezada por Chávez que trastabilló a Venezuela hasta el sol de hoy.
El
BOOM DE CHÁVEZ
Años después, a Chávez le
tocó el boom más largo de la historia. Más de cien dólares el barril durante
años. Usó la Renta para catalizar la destrucción del país. Para desarrollar
políticas sociales insostenibles mientras se destruía la institucionalidad y el
parque industrial de Venezuela. Se dieron el lujo de botar a más de 20.000
técnicos de Pdvsa (a mucha honra), una gigantesca lobotomía empresarial que fue la primera
piedra de la destrucción de nuestra industria petrolera.
EL
“NO PAQUETE” DE MADURO
Y como lo que sube tiene
que bajar, el petróleo cayó y Maduro, en lugar de tomar medidas, intentó
engañar al país con el cuento de la guerra económica mientras repartía dinero
sin respaldo y dejaba agravar el problema en su estrategia de destrucción
nacional “para comerte mejor”. El modelo cubano para mantenerse eternamente en
el poder.
AHORA
EL BOOM DEL 2018
La destrucción, de Pdvsa y
del país, ha sido tan grande que hoy los precios suben, ya vamos por setenta
dólares y se proyectan cien en un nuevo boom petrolero… y paradójicamente, no
tenemos petróleo para exportar de manera significativa. De ser un exportador de
más de dos millones de barriles por día
– tipo Irak, Irán, o Kuwait- nos hemos desinflado a exportar apenas medio
millón apurado y decadente.
O sea, que en este nuevo
boom petrolero, no tenemos hidrocarburos. Pdvsa destruida. La “revolución” nos
ha convertido en simples espectadores del boom petrolero desde nuestro nada
envidiable palco de buscadores de basura, hiperinflación record mundial,
sueldos y pensiones de uno, dos o tres dólares mensuales, muy por debajo del
nivel de dólar diario pobreza extrema
expresado por la ONU. Nuestro Rey Midas (al
revés) ha arrastrado a un país lleno de
recursos, a la miseria.
¿Se acuerdan de cuando
éramos un país petrolero? Tanto esperar
el boom y ahora no tenemos que exportar. Pero no se preocupen que Maduro
arregla esto que él mismo destruyó.
Dios nos ampare !!!!
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