“CONFUSIÓN” EN LA OEA
Rafael Gallegos
Blog núm. 253
Desde que el Presidente
Maduro concluyó que el gobierno había perdido la Asamblea Nacional el 6D porque
el pueblo estaba confundido, parece como que un mosquito de la confusión tipo
zika, hubiera picado a un gentío en toda América Latina. En la OEA el mosquito
picó a por lo menos 20 delegados. Parece que se confundieron y votaron a favor
de oír el “adefesio” de Almagro en nuestro Brexit tropical, ¿“Venezueloexit” en
la OEA?
Y curiosamente el Brexit y
la votación de la OEA, fueron convocados por los perdedores. El primer ministro
Cameron se creyó ganador seguro cuando pidió su referendo. Por su parte nuestra
canciller también estuvo mal dateada. Creyó que se la comía “y salía de eso” cuando
pidió votar para que se cancelara el discurso del secretario de la OEA.
Le salieron 20 confundidos.
¿Dónde estás Tibisay?, se habrá preguntado la canciller. Qué falta le habrá
hecho, por lo menos para que suspendiera la lectura del discurso mediante la
invención de un lapso de varios días hábiles, que le permitiera validar si las manos levantadas correspondían a los cuerpos
de los embajadores.
Tras esta epidemia de confusión,
la OEA se toma su tiempo para evaluar la
Carta Democrática para Venezuela. Ahora inventaron - copiando otra figura del
imparcial árbitro venezolano – que si Venezuela se porta bien se puede salvar
de que se la apliquen. Pura copia de nuestro árbitro cuando dijo que si nos
portábamos mal, suspendían la validación de firmas. Como si el descaro con la validación de firmas, la anulación de
leyes de la Asamblea, o los presos políticos, no fueran causales más que
suficientes para demostrar que en
Venezuela se ha alterado el proceso democrático.
Los deslenguados dicen que
nuestro árbitro ofreció a la OEA la figura de los arrepentidos: generar otro lapso
para que los embajadores que levantaron la mano se arrepientan.
Y después hay quienes se
atreven a negar que tengamos el mejor sistema electoral del mundo.
El
adefesio
Que me perdonen los
escuálidos; pero yo le doy toda la razón a la canciller venezolana cuando
calificó las palabras de Almagro como adefesio.
El origen de esta palabra: “del
título de una epístola de San Pablo, por alusión a las penalidades que pasó el santo en Éfeso
durante su predicación”.
Es decir, el secretario
Almagro, narró el adefesio o las
penalidades por las que estamos pasando los venezolanos con este régimen. Nos
narró el adefesio venezolano. Buena esa, canciller, veinte en lingüística.
La verdad es que Almagro no
dijo nada que los venezolanos no supiéramos: que estamos pasando hambre, que no
conseguimos comida ni medicinas, que somos víctimas de la violencia, que el
gobierno no se quiere contar y pone a su árbitro rojo rojito a colocar obstáculos
para el revocatorio, que cuatro de los cinco árbitros del CNE son o han sido
del partido de gobierno, que el TSJ
anula a petición del gobierno todas las leyes que genera la Asamblea, que padecemos
una inflación de más de 700%, que hay presos políticos y torturados, que nos
quitaron hace cinco meses a los tres diputados que completan la mayoría
calificada y ni siquiera dan excusas por ello.
Qué precisión para definir
el adefesio venezolano, y eso que Almagro ha hecho colas durante horas para al final no comprar
nada, ni ha bachaqueado leche para sus muchachos, o contemplado su nevera
vacía, o dejar de comer para que coman sus hijos.
Lo relevante de esas
palabras no es lo que se dijo, sino quien lo dijo y ante qué público. Almagro
le dijo al mundo entero lo que todos ya veían: que el rey está desnudo. Aunque
yo creo que los que estamos quedando desnudos somos los venezolanos. Por su
parte, los embajadores latinoamericanos demostraron que ya no están dispuestos
a mirar para otro lado. Al igual que figuras de mando en Europa, Latinoamérica
y Estados Unidos.
Ramos Allup y los
parlamentarios que le acompañaron jugaron un gran rol desde que pidieron la
aplicación de la Carta. Un gran trabajo de la MUD, con paciencia y eso que los
políticos llaman estrategia. Ya está bueno de decir que son blandengues o
colaboracionistas. Hay que reconocer su ejecutoria. El año pasado a estas
alturas, algunos decían que no nos dejarían ganar las parlamentarias. Y aquí
estamos. Visualicemos y luchemos para ganar el revocatorio este mismo año. Las
cartas están echadas para una salida democrática y constitucional. Además, los “revolucionarios”
ya saben que el planeta entero sabe que no son demócratas.
El “adefesio” de Almagro
marcó un punto de inflexión. Se han movido los planos de la discusión desde: ¿hay
o no hay revocatorio?, hasta: ¿se va antes o después del revocatorio?
Gracias Doctor Almagro por
los favores recibidos.
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