¿CHAVISTA, MADURISTA O COMIDISTA?

Rafael Gallegos    Blog núm. 248


Tanta ideología da hambre. Eso de “con hambre y sin empleo con Chávez me resteo”, funcionaba cuando no había escasez, la inflación era de dos dígitos bajos y el petróleo estaba a cien dólares. Cuando éramos inocentes y  decíamos: “eso no puede pasar”, “no creo que se atrevan”, “esto no es Cuba”, etc. Cuando el “pueblo” iba a las marchas del gobierno con una camisa roja regalada y unos generosos viáticos. Era la etapa chavista de la dilapidación de recursos en el marco de la destrucción estratégica de Venezuela.

Este desastre que usted observa en Venezuela es la siguiente etapa del plan “revolucionario”: acabar con las instituciones y la productividad nacional “para comerte mejor” y lograr el desiderátum de permanecer eternamente en el poder. El problema de los “revolucionarios” es que no han podido destruir la mentalidad democrática para implantar el comunismo.

¿Seis millones de barriles diarios? ¿Una CVG a plena capacidad? ¿Empresas industriales y agropecuarias produciendo alimentos, bienes y servicios a Venezuela? Qué va. Desengáñese, la prosperidad no es el plan de estos salvadores de la patria, eso genera gente rica y sólida clase media que ejerce su democracia y aplica la alternabilidad. La idea es el modelo comunista. Destrucción y realeza de sangre roja, como el hermano de Fidel, la mujer de Mao, o el  nieto Kim en Corea.

Pero cuarenta años de democracia  quedaron impregnados en el ADN nacional. Por eso han entrado en vorágine. Los colorados no contaban con la astucia de un pueblo que exige soluciones democráticas.

Por ello Venezuela reacciona ante esta pre hambruna, al revés que todos los comunismos. Reacciona ante el hecho del 90 % de los venezolanos que no cubren sus necesidades de comida. Según el economista y diputado José Guerra,  en 2016 comemos 9 kilos de carne, 15 de pollo, 3 de cerdo y 5 de huevos, en comparación con  24, 50, 7 y 13 respectivamente en 2012. Saquen cuentas. Hambre. Menos de la mitad de la comida de hace cuatro años.

Las encuestas reflejan la necesidad de un urgente cambio de gobierno. Y éste intenta prolongar su agonía levantando muros en los poderes públicos licuados (primero hicieron jugo, luego zumo, después hugo y ahora intentan madurarlos). Puras trabas. Legales, electorales, reglamentarias. Ante la necesidad de que el Presidente de la República le muestre al país donde nació, plantean de soslayo que priva la nacionalidad venezolana. Y todo legal - legalito.

No sería extraño que mañana dictaran un nuevo reglamento para el Revocatorio: “el que pierde gana”, basados en algún rebuscado precedente legal, por ejemplo el de Pérez Jiménez en el 52 cuando terminó de contar los votos en los cuarteles e “invitó” a Jóvito Villalba a "hacer turismo en Panamá".

Un deslenguado me decía que la justicia “revolucionaria” mañana podría sacar otro decreto exigiendo presidentes cosmopolitas que por lo menos tengan doble nacionalidad. La Constitución sirve para todo, como dijo  José Tadeo Monagas cuando asaltó el Congreso en 1848.

Los papeles aguantan todo. Lo que no aguanta más es el estómago de los venezolanos. ¿Con hambre y sin empleo? Yo te aviso, eso era un decir cuando había comida. Antes las mayorías eran chavistas. Luego hubo maduristas. Pero ante esta terrible realidad de una Venezuela buscadora de comida, ahora las ideologías son pollistas, aceitistas, harinapancistas… comidistas. El venezolano no quiere comer cuentos, quiere comer comida. 

El verdadero legado de la “revolución” es  la paradoja del país con las mayores reservas de petróleo en el mundo y la menor reserva de papel higiénico. Kafka vive…

¿En los países con hiperinflación se ha mantenido el mismo gobierno? Invito a revisar los anales de Alemania, Hungría, Argentina, Perú, Nicaragua y un largo etcétera. Detrás de las hiperinflaciones vienen los cambios. Anótelo, parece una ley histórica, de esas que ningún tribunal puede soslayar. Ya vamos por 700 % de inflación. Se habla de miles por ciento para los años que vienen. Se pulverizan el país… y el gobierno.

El gobierno le huye a las soluciones, que si guerras asimétricas, represión, conspiraciones. Mientras tanto la inflación, la escasez, la violencia y el acabose nacional, cual cucarachas de la propaganda de insecticidas, observan las medidas gubernamentales muertos de la risa.

Ya no engañan a nadie. Las caretas democráticas se han caído internacionalmente. Ahora como que el mundo entero es injerencista. Gracias Almagro, usted ha abierto la puerta para una Internacional de los Demócratas, que se oponga a la Internacional de los Autoritarios, heredera de aquella  internacional de los sables de Odría, Pérez Jiménez, Chapita, Perón, Somoza, Pinochet, Videla y tanto militarote.

 Pueblo desengañado solicita soluciones medulares y democráticas ya. Abstenerse malabaristas y estalincitos.

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