LOS 26 EX PRESIDENTES Y LA DOCTRINA BETANCOURT


Rafael Gallegos            Blog. Núm. 192

Durante la  Cumbre, 26 ex presidentes hispanoamericanos dejaron muy claro lo que todo el mundo sabe: que en Venezuela hay presos políticos, los poderes públicos están licuados, hay hegemonía comunicacional y los procesos electorales son opacos. Pura subdemocracia.

Paralelamente, el dictador cubano Raúl Castro, increíble, se daba el lujo de disertar   acerca de… las dictaduras latinoamericanas. Las denunció a todas, menos a la más larga, cruenta y totalitaria: la cubana.  Tuvo la desfachatez de hablar de las elecciones cubanas, donde la revolución saca más del 97 % de los votos. Se le olvidó aclarar el detallito de que en esas “elecciones” sólo hay candidatos del partido, es decir no hay candidatos opositores, que toda la prensa es del gobierno y que los votos los cuenta el gobierno, ah! y sabrá Dios lo que le sucede al que manifieste su voto en contra. No contaban con mi astucia, hubiera dicho el chapulín, colorado.

Castro denunció que en Panamá  se encontraba el asesino del Che, muerto en Bolivia, cuando  fungía… como guerrillero. Olvidó nombrar La Cabaña, donde bajo la dirección del mismo Che se ordenaron, juicios revolucionarios mediante, el fusilamiento de toneladas de cubanos.

Como diría mi padre, el inolvidable Rafael Gallegos Ortiz, asistimos a una conferencia donde la  celestina disertó acerca de la moral.

En cuanto a los ex presidentes, nos aclararon, como en el cuento,  lo todo el mundo  ve y la mayoría de los presidentes calla, que el rey está desnudo.

Y eso que no han vivido en carne propia la escasez de café,  leche,  papel higiénico, servilletas, papel secante, azúcar, harina precocida, aceite de maíz, champú, jabón de olor, jabón azul, detergente, lavaplatos, cloro, afeitadoras, cremas para afeitar, suavizante para la ropa, bombillos, medicinas y un larguísimo etcétera. Todo en medio de hiperinflación, maxidevaluación, escasez de dólares, y un significativo decrecimiento del PIB. Se jactan de haber bajado la pobreza; pero estudios serios de nuestras principales universidades, afirman lo contrario.

A los presidentes actuales, no todos por supuesto, se les olvida que no denunciar la prisión de alcaldes, de dirigentes políticos, de simples opositores por protestar, o los exilios e incilios es, usando el lenguaje de la majestad presidencial, “encabronar” a la democracia y de paso, olvidar  que  en  décadas anteriores, en  Venezuela acogíamos en nuestro seno a chilenos, argentinos, cubanos, uruguayos y de todo el continente, que huían de sus dictaduras. El mundo gira…

La crisis venezolana es tal que se han ido dos millones de talentos del país buscando un futuro que no les puede ofrecer esta “revolución” tan bonita… a menos que sean enchufados.

BETANCOURT, CHAPITA Y FIDEL

Alrededor de los  tempranos años sesenta, América Latina estaba plagada de dictaduras. Y cierto, con el visto bueno de Estados Unidos, porque a los inocencios hay que recordarles que “el imperio existe y es malo”, así como a los neocomunistas que ya va para treinta años de la caída del Muro cuyas piedras arrastraron viejas concepciones. O sea, o inventamos más democracia y productividad, o seguiremos errando.

Por esos años las tres referencias políticas latinoamericanas eran el demócrata Rómulo Betancourt, el comunista Fidel Castro y el dictador militar Rafael Leonidas Trujillo.

Y entre ellos interactuaron duramente. Veamos:

Primero, Fidel y Betancourt, trataron de tumbar a Chapita. Desde La Habana, salió vía Santo Domingo, la primera tanda de aviones, con patriotas dominicanos.  La segunda tanda pautada, no salió. Fidel, se desapareció. Dicen que los norteamericanos lo amenazaron con una invasión. A los que salieron,  los masacró Chapita.

Segundo, Chapita trató de asesinar a Betancourt. Entrenó, pagó y realizó la logística. El 24 de junio de 1960 fue el atentado. Betancourt salió muy averiado; pero vivo y con él, se salvó la naciente democracia venezolana. Casi un año después, Chapita fue asesinado por varios de sus ex colaboradores.

Tercero, Castro invade Venezuela, entrena guerrilleros en Cuba, con el dinero soviético financia la rebelión. Carupanazo, Porteñazo, lucha armada, tras todas estas acciones estaba Fidel Castro. Si eso no es injerencia… Al final, Betancourt y Leoni, lograron expulsarlo de la OEA. Aplicaron la llamada  Doctrina Betancourt: cero relaciones con las dictaduras. Pilas y guáramo, tenían los políticos demócratas de entonces.

Pasaron las décadas y asistimos a la vergonzosa solicitud, en medio de  aplausos, para que la dictadura cubana regresara a la OEA. Y ellos, se dieron el lujo de negarse. Y en la Cumbre, Raúl les dio clases de totalitarismo a los Presidentes. Qué tristeza.


Quien no defiende lo que tiene, a pedir se queda. Se solicitan rómulos betancoures para la democracia latinoamericana. 

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