JUEGOS DE PETRÓLEO
Rafael
Gallegos Blog. Núm. 181
Nada deja peor a un “experto petrolero” que el pronóstico de los precios. En los sesenta,
se pensaba que estos iban a permanecer en dos o tres dólares por barril, como
había sido por décadas. En los setenta, el petróleo del Mar del Norte no
entraba en ningún cálculo por ser muy costoso, por otra parte, se daba como un
hecho la eterna la alianza del Sha de Irán con el mundo occidental.
Todos estos pronósticos se revirtieron. El embargo
petrolero del año 73, cuadruplicó el precio del petróleo, para empezar. Los
avances tecnológicos y los precios hicieron comerciales a los hidrocarburos del Mar del Norte y el
Ayatola Komeini sorprendió al mundo al derrocar al Sha de Irán y convirtió a
este país en ultra enemigo de los Estados Unidos.
Hoy, el llamado petróleo de lutita, que hace cinco
años no estaba en casi ningún cálculo, se ha convertido en el príncipe azul que
de un beso ha despertado a la Bella Durmiente de la independencia energética,
convirtiendo a Estados Unidos en
exportador de gas y en la ruta de ser el primer productor de petróleo en el
mundo.
¿Qué pasará mañana? ¿Seguirán los precios bajos?
¿Se revertirá el proceso? Los expertos hacen pronósticos; pero la experiencia
nos enseña que en este tema, como en la canción de Blades, sorpresas te da la
vida.
Sucede que el juego petrolero tiene muchos
parámetros, tantos que actúan como el cuero seco que decía Guzmán Blanco de
Venezuela, se levanta por un lado y se cae por el otro. Veamos los juegos:
Ajedrez: Requiere de estrategas
de primera línea. Si falla el suministro de petróleo, cae toda la economía. Se
pierden guerras, los alemanes en la segunda guerra, fallaron en la captura de
sumideros rumanos y rusos y se pararon los tanques de Rommel en pleno desierto.
O se ganan, como Churchill, que en 1911, siendo Primer Lord del Almirantazgo,
se dio cuenta que debían sustituir en sus
naves el carbón por petróleo y estuvieron a tono en la primera guerra a
partir de 1914.
Lego: se requiere armar rompecabezas tridimensionales para visualizar la complejidad del mudo
energético. El petróleo no viene solo. Hoy observamos que el llamado primer
mundo no está feliz, per se, por la
bajón de los precios. Empresas de servicios petroleros han botado de sus
empleos a miles de personas. Petroleras se
paralizan. Se devalúan acciones de empresas de aluminio, acero, vehículos,
propiedades, etc. porque planificaban crecimiento a partir de expansión
petrolera. Dicen que ello traerá como consecuencia una reducción del PIB
superior a la estimada, disminuyendo aún más los precios del petróleo. Los parámetros son complejos y multidimensionales.
Dominó: Hay que estar pendientes de las jugadas del otro.
Tener memoria para saber contar las piedras. Jugar en sintonía como el
compañero. Ubicar la cochina, los dobles, o los violines. Estar
pendiente de las señas de los competidores. Saber que la exitosa tranca de hoy
puede ser la debacle de mañana. Por ejemplo, no se puede juzgar a la OPEP, por
el significado que tenía en los años
sesenta, o pensar que hay una contradicción entre los árabes que ayer cerraban
producción y hoy la abren, todo depende de las piedras que se tengan en la
mano… y las que tenga el compañero. El
juego petrolero no depende de la “mano
invisible”, sino de las piedras. Por ello tuvo sentido Achnacarry, cuando en
1928 los petroleros del mundo se reunieron para repartirse el mercado e
incrementar sus ganancias, no mucha diferencia respecto a los propósitos de la
OPEP.
Tampoco se puede ignorar la prohibición de exportar
hidrocarburos que el “libre mercado”
norteamericano impuso en 1970, o sus límites a la producción interna, o las
cuotas de importación que Estados Unidos aplicaron, entre otros, a Venezuela en
los sesenta.
Lo peor que se puede hacer es trancar el juego con los seis
en la mano como ha hecho Venezuela con su industria petrolera. O jugar mal
los violines, como hicieron al botar
a 23.000 trabajadores en el 2002.
Para todos los juegos, hay que poseer conocimiento
de normas, hábitos y malicia. El mundo no es un juego de inocentes.
El juego petrolero requiere jugadores que en primer
lugar, sepan de petróleo. En segundo
término, que hayan desarrollado experiencia y sobre todo que tengan malicia.
Que jueguen “caribe”, como los norteamericanos, los árabes y en general las
transnacionales.
No hacerlo conlleva a zapateros, jaques mates, o a que vivos, hagan “coleo” con las
piezas del lego.
Juego final:
¿A los jugadores petroleros de la “revolución” les
ha sucedido zapatero, jaque mate o coleo?
Las tres respuestas son válidas. Se jugaron al
país, burlándose de las reglas del juego, sin conocerlas. Ahora en la hora del zapato, nos vienen con el
cuento que los Estados Unidos, inundaron el juego de dominó con seis. Por
favor…los mirones seremos de palo; pero no bobos.
Ah! y el que pierde se para.
Comentarios
Publicar un comentario