“COLEO”


Rafael Gallegos                                                                  Blog. Núm. 128


Recuerdo con mucho cariño mi época de estudiante de primaria, por allá en los sesenta, cuando los muchachos jugábamos algo que hoy parece de la prehistoria: metras. Rayo, pepa, pepa y palmo, uñita. Metras de colores, o unicolores, que se intercambiaban de acuerdo a diversos parámetros. Bolondronas grandotas que valían por cinco de tamaño normal y que por cierto, yo les decía golondronas. Culimbitos, metras pequeñitas que se cambiaban, si la memoria no me falla, por dos de tamaño normal, y servían para jugar uñita.

Esperábamos con ansia el recreo para salir a jugar metras. Como en todos los juegos, a veces ganábamos y a veces perdíamos. Yo llegué a ser orgulloso y próspero poseedor de unas 800 metras, que consideraba una fortuna y guardaba celosa y ordenadamente en saquitos de tela. Cada una de ellas podía costar entre un centavo y un fuerte, dependiendo. También llegué a estar quebrado, a tener que recomenzar mi colección, prácticamente desde cero.

Los muchachos le temíamos mucho al grito de “coleo” de  algunos  compañeros de los grados superiores, o de bachillerato, que sin sospecharlo, se comportaban como terroristas expropiadores. En los momentos menos pensados llegaban en cambote al sitio de juego, nos sorprendían al grito de guerra de “coleo” y… nos quitaban todas las metras.  El gran  esfuerzo  por comprar, coleccionar, ordenar, ganar el juego y contar a cada rato, quedaba perdido.

Ante ese despojo, llorábamos y pataleábamos de rabia. Pasó el tiempo y algunos repetimos la historia, y nos convertimos en muchachos grandes que hacían “coleo”, que según el viejito Iván Fernández, también se denomina “regolera”. Más adelante, todo se convirtió en nostalgia. En tiempos idos que pensamos que nunca regresarían. Pero…

…LLEGÓ EL COMANDANTE Y MANDÓ A PARAR

Lo que nunca imaginamos fue que en el futuro, en Venezuela habría un gobierno que  al amparo del todopoderoso estado, le haría “coleo” los productores del país.

El comandante mandó a parar todo lo que produjera. Puro “coleo”. Comenzaron por las haciendas. Invasión, expropiación, confiscación, llámelo como quiera, pero hicieron “coleo” con haciendas prósperas. Acabaron con esfuerzos de vidas, de generaciones y claro, con la comida. Al final, les resultó lo esperado por este Plan de Destrucción de la Patria: la erialización. ¿Alguien sabe cuánto producen tantas haciendas expropiadas hoy en día? Realmente, entre las fracciones y la nada. Y así, hablan de soberanía.

A lo mejor tienen razón; pero de la soberanía de los productores argentinos, brasileros, uruguayos, chinos. Por cierto, ellos y que gritan viva el socialismo… en Venezuela, y en sus países, puro capitalismo.

También el gobierno hizo “coleo” con las industrias. Cual muchacho que le hubiera caído en cambote a las metras, hoy hay alrededor de 30 o 40% menos que cuando llegó la “revolución”.  4.000 menos cuando debería haber 5.000 más. Saque cuentas.

 “Coleo” con PDVSA y con Guayana. “Coleo” con las instituciones. Y detrás del “regolerismo”, la burla, exacerbada con aquello del “partido MUD”, habrase visto. O ese cuento de que ganaron con diez puntos de ventaja. Como si  venezolanos fuéramos gafos y no supiéramos contar. O como que no supiéramos que sacamos más votos que el gobierno, en medio  del ventajismo más  gigantesco de que tengamos noticia, desde el plebiscito de Pérez Jiménez. Dos más dos sigue siendo cuatro, por ahora.

Burla burlando. Carlos Soublette dijo que no es grave cuando un ciudadano se burla del gobierno, sino cuando el gobierno se burla del pueblo. O sea…

Por sus resultados los conoceréis. Busque repuestos para un carro, o para una lavadora y podrá medir el éxito de esta “revolución”: no hay. O busque comida en los supermercados. Ya nos acostumbramos a no tener leche en polvo en la casa, a ser avaros con el papel higiénico, a brincar y saltar de supermercado en supermercado para conseguir aceite. Nos acostumbramos a esta espiral inflacionaria que evapora el bolívar. Por cierto, busque tinta para la impresora, sí hay, pero con precios de como si no hubiera. La inflación más alta de América, en medio de mentiras y burlas a los ciudadanos. Sólo en alimentos 70 % de inflación.  

Y la nueva burla, es el protectorado. Protectorado en Miranda, en Maracaibo, copias de la ledezmización caraqueña. Seguramente nombrarán “protectores” en todas las alcaldías donde perdieron. ¿Protector en Petare, en El Hatillo, en Baruta, en Barinas, en Maturín?


No me proteja compadre, le dice el pueblo al gobierno, ante tamaño desconocimiento  de su votación.  Premian a los perdedores y le hacen  “coleo” a la voluntad popular. Nada nuevo bajo el sol. No se descuide, esa es la plana de todos los comunismos. Puro “regolerismo” leninismo.  

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