PETRÓLEO VENEZOLANO: ¿SANCIONES O HARAKIRI? I/II
Rafael Gallegos 659
Lo sustantivo, lo que se ve, lo que palpamos los
venezolanos, es que nuestra industria petrolera del siglo XXI ha sufrido un descalabro
único en la historia de las empresas petroleras.
Ha perdido alrededor del 70 % de su capacidad.
Los defensores del gobierno justifican exponiendo
que el descalabro es producto de las sanciones norteamericanas, otros analistas
sugieren que más bien se trata de una serie de medidas tomadas desde adentro,
que en su conjunto han resultado tan perjudiciales como un harakiri. ¿Y usted,
qué opina?
Es muy importante analizar este descalabro. En
primer lugar porque ha afectado drásticamente la calidad de vida de los
venezolanos. La Pdvsa actual genera menos de la cuarta parte de las divisas de
otros tiempos, y eso ha provocado los ingresos pírricos del venezolano común,
así como el incremento de la pobreza, el hambre y sobre todo, de la
desesperanza.
Y en segundo lugar, porque el futuro de Venezuela depende de que se logre enderezar este
entuerto, ya que si los sabemos aprovechar, los hidrocarburos constituirán el motor de arranque para el desarrollo de nuestro
país.
LAS SANCIONES
Influyen en el devenir del negocio petrolero de Venezuela. No
lo dude. Sin embargo, en aras de un análisis asertivo, es necesario formularse las
siguientes preguntas:
1. ¿Son las sanciones causa del descalabro?
2. La eliminación de
las sanciones, ¿será suficiente para la recuperación de la industria petrolera
venezolana, o harán falta, como dice la canción, “muchas cosas más?
Breve historia de
las sanciones… Previamente, en marzo 2015, Barack Obama aprobó la Orden Ejecutiva (OE)
13692, que consideraba a Venezuela amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad
nacional y política exterior de USA. Ello, no tuvo consecuencias económicas para el país.
Sin embargo, ese año 2015 la producción petrolera venezolana
estaba en 2,6 millones de barriles por día, había bajado en unos 600.000
barriles en los últimos diez años, algo así como una Guyana, lo que no es poco.
Además, esta cifra se alejaba exponencialmente (más de tres millones de
barriles diarios, o sea, un Kuwait) de los casi seis millones que había
prometido el Plan Siembra Petrolera,
elaborado por el mismo gobierno.
Y que quede claro, todavía no habían llegado las
sanciones.
Más de dos años
después, en agosto 2017 - durante la primera presidencia del hoy
reelecto Donald Trump - Estados Unidos
aprobó la primera sanción para Pdvsa, la OE 13808, que prohibía financiamiento,
compras, dividendos, manejos de deuda y otros aspectos, con Pdvsa y el gobierno
de Venezuela.
En ese momento – la primera sanción- la producción de Venezuela era apenas 2
millones de barriles, (600.000 barriles menos que dos años antes y por lo menos
un millón menos que al inicio de la “revolución”). Es decir, cuando llegó la primera sanción, la
producción ya iba en barrena.
En mayo del 2018 – con Trump en el gobierno- , se
aplicó otra sanción (OE 13835), que prohibía compra de deudas y cuentas por pagar con el gobierno de Venezuela. La
barrena continuaba, Pdvsa producía - ¡quinientos mil barriles menos! - que el año anterior. La producción llegaba
a 1,5 millones de barriles.
En agosto de 2019 – continuaba Trump en la
presidencia de USA - Estados Unidos emitió
la OE 13885, que congelaba los activos de Venezuela en territorio
estadounidense. Previamente se había emitido la OE 13850, que hacía referencia
al oro. Para ese año, la barrena continuaba y la producción llegó al millón de
barriles. Como sabemos, la producción petrolera venezolana llegó a un mínimo
por debajo de cuatrocientos mil barriles en el año 2020.
Respondiendo la
pregunta 1. ¿Son las sanciones la causa del
descalabro?... Es obvio que no. Estas
comenzaron a aplicarse cuando ya se había iniciado la barrena. Entonces, ¿cuál
fue la causa del descalabro de la industria petrolera en este siglo XXI?
Observemos las medidas gerenciales adversas tomadas
por la petrolera venezolana, que por el daño que han ocasionado, podrían ser
consideradas como haraquiri.
PETRÓLEO EN
“REVOLUCIÓN”
Durante la campaña electoral de 1998 se popularizó
aquello de “las colitas de Pdvsa” a objeto de dar a entender que en Pdvsa se
utilizaban aviones destinados a las operaciones petroleras, como vehículos turísticos
de los ejecutivos y sus familiares, lo
cual no era cierto. Igualmente se popularizó la frase “Pdvsa es un estado
dentro del estado”, dando a entender que ésta se manejaba fuera de control
nacional y que tenía un brochazo negro que la hacía opaca. El tiempo se encargó
de aflorar la verdad, y a la vista quedaron innumerables brochazos rojos.
Al iniciarse el gobierno “revolucionario” en 1999,
la política comenzó a impregnar la gestión gerencial y operacional y a aflojar
los resortes de la meritocracia. Salvo las honrosas excepciones de las
administraciones de Roberto Mandini y Guaicaipuro Lameda, las presidencias de
la empresa de esa época, disminuyeron la eficiencia y orientaron el negocio hacia
los requerimientos políticos del gobierno.
Esto creo un ambiente de incomodidad e
incertidumbre en los trabajadores. Por primera vez en el casi cuarto de siglo de
la empresa hubo protestas colectivas, como la de Pdvsa Gas cuando la querían
adherir a al ministerio del ramo; o la de abril de 2002 cuando los trabajadores
de todos los niveles – preocupados porque palpaban que la empresa se comenzaba a deshilachar - hicieron un paro, como respuesta a los
nombramientos de la Junta Directiva de Pdvsa que violaban los principios de la
meritocracia y mostraban un alto contenido político.
En diciembre del 2002, los trabajadores petroleros se
unieron a un paro nacional. La respuesta del gobierno fue expulsar a más de
veinte mil de ellos – la mitad de la nómina – que constituían la columna
vertebral de la empresa. Este hecho significó un punto de inflexión en la
trayectoria de la otrora “segunda empresa petrolera del mundo”.
Por cierto, el presidente Chávez al comentar la
expulsión de los trabajadores expresó: “yo
provoqué el paro, tenía que tomar esa colina que era Pdvsa”. Esa “toma”
hoy se refleja en la disminución de unos
cuatro millones de barriles todos los días - ¿trescientos millones de dólares dejan
de entrar a Venezuela todos los días? - de acuerdo al Plan Siembra Petrolera
que pronosticaba una producción cercana a los seis millones de barriles diarios.
Saque cuentas. De haberse materializado ese plan, Venezuela sería hoy el cuarto
productor de petróleo en el mundo, tras Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita.
¿Podía una empresa salir incólume de la baja de la
mitad de su personal calificado y la multiplicación de la política? ¿Podrá la
industria petrolera venezolana recuperarse con este modelo de país?
Continuará la próxima semana…
Excelente crónica de los acontecimientos que llevaron a la debacle a nuestra industria petrolera. Cómo siempre Rafael poniendo el punto sobre las ies.u abrazo.
ResponderEliminarGracias Luis, mil gracias y un gran abrazo!
EliminarLas sanciones pueden analizarse como parte del fenómeno físico conocido como inercia. Algo que va en caída libre y se le aplica una fuerza incrementa la aceleración en la caída .
ResponderEliminarLas sanciones son políticamente una aberración de las políticas internacionales de los EEUU contra terceros, en este caso nosotros.
Y más aberración serían si al cambiar un gobierno, las levantan
Hola MIguel, aquí lo sustantivo es que las sanciones no acabaron con Pdvsa, que la acabó la "revolución". Por cierto igual como acabó con el país.
EliminarGracias por tu excelente análisis de las sanciones norteamericanas hacia el gobierno venezolano.
ResponderEliminarSobre tus 2 preguntas: 1. No puede salir adelante PDVSA habiendo perdido más de 300.000 años de experiencia petrolera ( 20.000 empleados x 15 años de experiencia para el 2003) y 2. Imposible recuperar la Industria petrolera, ya que el estado está quebrado y la industria petrolera es intensiva en capital.
Finalmente, lo bueno y positivo de las sanciones es que no se permitió seguir endeudando al país. Ya que la deuda externa pasó de 32.000 millones a 180.000 millones de dólares, de 1999 al 2019.
Saludos.
Hola Robny. De acuerdo. Por eso hay que plantear un nuevo esquema de industria petrolera para aprovechar las décadas que le quedan al negocio. Un abrazo.
EliminarUna vez más Rafael expone de manera sucinta, clave y comprensible a lerdos en el tema la causa de la debacle de la industria petrolera, gasífera y petroquímica del país. Atenta a parte II. PD: Importante el aporte de Jáuregui sobre el impacto del despido de los 20mil profesionales, técnicos y obreros en 2002-2003, y el impacto de las medidas económicas de USA 2017-2019 para detener la emisión de deuda país.
ResponderEliminarHola Isa. Gracias! La botada de los más de 20.000 trabajadores es el punto de inflexión de Pdvsa. Por ahí se coló este desastre. Y la caída drástica de divisas que genera esta pésima capacidad adquisitiva.
ResponderEliminarPor otro lado, creo que con sanciones o sin sanciones nadie le presta más a Venezuela.
Un abrazote y esperemos un cambio democrático.