MITOLOGÍA DEL PETRÓLEO VENEZOLANO (II/II)
Rafael Gallegos
Blog. Núm. 118
La
creencia en que el negocio petrolero es
un enclave, constituye otro mito. Tal
concepción nace en los comienzos de la
explotación petrolera, cuando los “musiues” vivían aislados en campos cercados,
en medio de comodidades que contrastaban con las carencias tras la reja.
Hoy, la realidad es diferente. Seguir pensando de
esa manera, perjudica el desarrollo nacional. Es imperativo integrar la economía petrolera al país. Sacar
de nuestras mentes eso del negocio extraño, aislado de la comunidad y generador
de pocos empleos. Las burbujas de prosperidad en medio de pobreza, no son sustentables en el s XXI.
La mentalidad de enclave deviene en el esquema que
hoy transitamos: petrolera que produce dólares y gobierno que malgasta los impuestos
petroleros. Resultado, más pobreza y el país deshilachado que vivimos.
Otro mito:
debemos superar la economía petrolera.
Algo así como que un heredero de los Rothschild decidiera vivir sin su
herencia, o que un boxeador decidiera pelear con las manos atadas. Si tenemos
petróleo, lo estratégico es transformar esta
ventaja comparativa en ventaja competitiva. Tal como hacen todos los países
exitosos. En lugar de “superar” el petróleo, utilizarlo para construir una
economía moderna.
Los tiempos exigen hacer de la industria petrolera
una onda expansiva de prosperidad, que se manifieste en participación intensiva
de las comunidades en las operaciones y en los servicios petroleros, en la
economía conexa, en las corrientes de refinación, en la petroquímica y en la industrialización que se deriva de ésta.
Hacer del petróleo un pivote de la calidad de vida. Es la única manera. Y créalo, más
impactante que la propia renta.
Uno de los graves errores de las sociedades
petroleras es pensar que la prosperidad llueve. En esa línea, los venezolanos
nos hemos creado otro peligroso mito: la
democracia venezolana es producto del petróleo. Falso. La democracia no nos
“llovió”. Ya Juan Germán Roscio y aquellos civiles que conceptualizaron la patria
- que no fueron los militares; pero eso es otro tema - hablaban de elecciones,
de democracia y de igualdad. Y en el siglo XX, los próceres civiles, algún día
serán reconocidos como tales, Betancourt, Villalba, Caldera y una larga lista,
tuvieron la visión democrática y lucharon por materializarla con estudios y organización,
en medio de persecuciones, cárceles,
torturas, muertes.
De los más de veinte países que se pueden
clasificar de “petroleros”, casi ninguno vive en democracia. O sea, el petróleo
no genera democracias. Más bien, pareciera
lo contrario. En Venezuela, como en el resto de América Latina, la
democracia ha sido el producto de
luchas, guáramo y evolución.
El petróleo, se debe gerenciar (cero mitos) para
que genere prosperidad, que a su vez soporte democracias sustentables, evitando
destructivas desviaciones como ésta que padecemos.
El negocio
petrolero durará toda la vida… otro mito. Seguramente el petróleo sí lo hará.
Pero el negocio no. Como dijo Yamani, cuando acabe el negocio petrolero,
todavía quedará mucho petróleo en los yacimientos, al igual que cuando acabó la
edad de piedra, todavía quedaban muchas piedras.
El petróleo dejará de ser combustible. ¿Cuándo?,
no lo sabemos. Pero júrelo, sucederá. Entonces, ¿tenderemos que comernos el petróleo?
Tal vez deberíamos prepararnos desde ya, más bien para que se lo coman… los
demás. ¿Qué tal convertir para el 2040 a la Faja el granero del mundo? Sí,
comida de petróleo. Total, es materia orgánica. Y como dijo Simón Rodríguez, o
inventamos o erramos.
Y el mito que se está devolviendo, gracias a la
estrategia de destrucción de esta “revolución”, es el que reza que PDVSA siempre será próspera. ¿Siente
cómo el mito le brisea la cara? Resulta
que PDVSA no era indestructible. Y esta “revolución” le encontró su kriptonita
roja (KR): un monumental cero en gerencia… raspados.
A punta de KR han doblegado a la empresa desde el
segundo lugar en el mundo hasta los vergonzosos lichers corporativos. Explosiones,
producción en barrena, triplicación de empleados, deuda en increíble alza. En
lugar de sembrar el petróleo lo derraman por los suelos de la patria que, i que
gracias a ellos, todavía tenemos. De petrolera con contenido social, pasamos a
empresa social con flácido contenido petrolero. Ya no producen dólares
suficientes, se la pasan “martillando” al Banco Central. ¿Serán capaces de pasar a Guinnes como la primera empresa petrolera quebrada en
la historia del mundo? Hagan sus apuestas.
ABRACADABRA…MATOS,
METAS, MITOS
Tenemos que romper mitos, repensarnos para
obtener resultados diferentes. Tanto mito, desvía las metas. ¿Haremos mutis?
Esperemos que no. Se solicita dirigencia… con moto. Abstenerse los matos.
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